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Quebec no quiere ser Cataluña

Los votantes jóvenes rompen con el independentismo y cambian el eje que ha marcado la vida política de Canadá durante cuatro décadas

Simpatizantes de la Coalición Futuro de Quebec celebran los resultados electorales REUTERS

David Alandete

Es prueba de la gran confusión que vive el Partido Quebequés estos días, que en la recepción de su sede en Montreal el único cartel que habla de independencia es una bandera del referéndum del año pasado en Cataluña. Un aire sombrío, casi ... deprimido, recorre hoy las oficinas de un partido antes mítico, que le devolvió a Quebec, una provincia con casi ocho millones de habitantes, similar a Cataluña, el orgullo por su identidad francesa y convocó no uno sino dos referendos. Pero no se habla aquí ya de independencia, sino de cómo salvar los muebles. La derrota de las elecciones provinciales del lunes ha sido catastrófica, una verdadera tragedia. Han perdido sus escaños 19 diputados de 24, entre ellos el líder del partido, que ha dimitido. Esta misma sede va a quedar vacía pronto, porque la formación, descabezada, ni siquiera podrá pagar el alquiler. Y la gran paradoja es que si de algo ha muerto el soberanismo quebequés, es de éxito.

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