Un grupo ligado a Al Qaida, tras el secuestro de dos españolas en Kenia
Anoche unas fuentes aseguraban que estaban ya localizadas; otras, que las habían llevado a Somalia
EDUARDO S. MOLANO
Insuficiente con teñir de miseria su territorio, la infamia somalí se extiende ahora al otro lado de la frontera. Dos cooperantes españolas de la organización Médicos sin Fronteras, una catalana y otra madrileña, fueron secuestradas ayer en el campo de refugiados de Dadaab , situado ... en el linde divisorio entre Kenia y Somalia, según confirmó a ABC Javier López Cifuentes, oficial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el país africano. Según López Cifuentes, «el secuestro se produjo alrededor de las 13.30 hora local (12.30, hora española) en el complejo de Ifo (una de las extensiones que componen Dadaab junto a Hagadera y Dagahaley), cuando el vehículo que transportaba a las cooperantes fue asaltado».
Sobre la identidad de las víctimas, se sabe que una es Montserrat Serra i Ridao, natural de Palafrugell (Gerona). Serra es profesora de Tecnología en el IES Pedro L’Escala. Había solicitado una excedencia para llevar a cabo su labor en Kenia y tenía mucha experiencia en la zona .
Según reconocía una cooperante italiana en la zona —quien prefirió mantener su anonimato por motivos de seguridad—, el ataque, perpetrado por al menos cinco personas, habría sido «dirigido» ya que los secuestradores conocían las «nacionalidades» del personal retenido. «Los asaltantes se llevaron el vehículo y dispararon al conductor en el cuello, quien se encuentra herido; algo nunca visto antes», aseguraba la trabajadora humanitaria, acostumbrada a incidentes menores: « Los robos en la zona son frecuentes (hace solo unos días otro vehículo, en este caso de la ONG Care, también fue asaltado). Sin embargo, esto es un salto cualitativo».
Ante la virulencia del incidente, las primeras hipótesis de la autoría apuntan a la milicia islamista Al Shabab, considerada la rama de Al Qaida en la región. «Estamos siguiéndoles por tierra y aire. Hemos cerrado las fronteras», explicó una fuente policial, que añadió que los secuestradores se dirigieron hacia Somalia tras el ataque y que las negociaciones para su liberación han comenzado. Sin embargo, un portavoz de este grupo negó a Reuters su implicación: «Estamos al tanto de estos secuestros, pero no estamos tras ellos. No han sido traídas a una zona bajo nuestro control» . Anoche algunas fuentes aseguraban que las víctimas estaban localizadas en la zona de Ifo, en Kenia; otras, las situaban ya en Somalia.
Otros ataques
El caso no es aislado. A comienzos de mes, una francesa de 66 años, Marie Dedidue Manrd, fue secuestrada frente a la isla keniana de Lamu, uno de los principales (y más costosos) centros de recreo para extranjeros del país africano. La captura se producía tres semanas después de que hombres fuertemente armados allanaran el complejo de lujo «Kiwayu Safari Village», situado también en la frontera entre Kenia y Somalia, matando a tiros al editor David Tebbutt, de 58 años, y tomando como rehenes a su esposa Judith, de 56 años, antes de huir en barco. Desde entonces, las autoridades habían reforzado la seguridad en la frontera, en particular en la ciudad de Liboi. Aunque en Dadaad, las soluciones bélicas siempre sean insuficientes.
Sumergido en el conflicto diario entre el Gobierno de Mogadiscio y los rebeldes islamistas, este campo de refugiados (con capacidad para 90.000 personas aunque, a día de hoy, cerca de 400.000 residan en él) se ha convertido en uno de los mayores centros de peregrinaje para los reclutadores de Al Shabab. Por apenas 400 dólares y la promesa de un nuevo futuro, en los últimos meses las milicias islamistas habrían captado a decenas de nuevos guerrilleros.
«Condenamos enérgicamente este ataque», decía ayer José Antonio Bastos, presidente de la rama española de Msf. «Estamos en contacto con todas las autoridades pertinentes. Mientras, nuestros pensamientos están con ellas y con sus familias». Desde 2009, MSF es el único proveedor de servicios médicos en el campo de Dagahaley. A pesar de ello, algunos prefieren secuestrar a sus ángeles custodios.
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