Putin busca recobrar el pulso político y acometer la consulta que avale su continuidad en el poder
«La situación está cambiando -respecto a la pandemia-, y esto nos da la oportunidad de centrarnos nuevamente en nuestra agenda actual y a largo plazo», dijo el presidente ruso hace unos días
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Iniciar sesiónLa actual pandemia de Covid-19 sigue acaparando toda la atención y esfuerzos de las autoridades rusas. Pero pese a que la situación no está en absoluto superada y una parte importante de la población del país continúa en confinamiento domiciliario y sometida a restricciones ... en la libertad de movimientos, el presidente Vladímir Putin intenta recobrar el pulso político y restablecer su agenda de cara al futuro.
«La situación -en relación con la pandemia- está cambiando, y esto nos da la oportunidad de centrarnos nuevamente en nuestra agenda actual y a largo plazo», dijo Putin a mediados de mes en una reunión con miembros del Gobierno. Destacó la necesidad de no levantar la guardia con el coronavirus, pero señaló que «es extremadamente importante proporcionar una solución dinámica y efectiva a las tareas estratégicas, a nuestros proyectos a gran escala, con un horizonte amplio y obtener rápidamente impulso en ello».
De momento, el máximo dirigente ruso ha ordenado a las Fuerzas Armadas organizar para el 24 de junio el gran desfile de la victoria sobre la Alemania nazi, que debió celebrarse el pasado 9 de mayo y que tuvo que posponerse por culpa de la crisis sanitaria. Y no se trata de un desfile cualquiera, ya que conmemora el 75 aniversario del final de aquella contienda y Putin quería haberlo festejado por todo lo alto con presencia en Moscú del mayor número posible de líderes extranjeros.
Contactos bilaterales
Con ellos, además de hacer la habitual exhibición de músculo militar, mantendría contactos bilaterales con la intención de posibilitar un acercamiento que pudiera favorecer un levantamiento de las sanciones que Rusia sufre por la anexión de Crimea y su implicación en la guerra en el este de Ucrania. El Kremlin intenta además propiciar una «cumbre» de jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, China, Rusia, Reino Unido y Francia) como sustitutivo del G8, de donde Rusia fue expulsada tras estallar la crisis con Kiev.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró esta semana que se están enviado nuevas invitaciones a los dirigentes de diversos países del mundo, entre ellos a los presidentes francés y chino, Emmanuel Macron y Xi Jinping, para que acudan el 24 de junio a la parada militar en la Plaza Roja. Por ahora, no ha habido ninguna confirmación oficial de asistencia al evento. Antes de que se desatase la actual epidemia, Macron y Xi ya anunciaron su intención de trasladarse a Moscú para el desfile. Lo hizo también el primer ministro japonés, Shinzo Abe, pero el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, anunció que no asistiría. A la que sí esperan es a la canciller alemana, Angela Merkel.
Pero mucho más importante para el presidente ruso que ése hipotético cónclave de líderes mundiales en Moscú el 24 de junio es la votación por parte de la ciudadanía de las enmiendas constitucionales que le permitirán permanecer en el poder hasta 2.036. Debería haber tenido lugar el pasado 22 de abril y se tuvo que suspender. Sin embargo, el diario «Kommersant» y la agencia Interfax, que citan fuentes próximas al equipo que prepara la consulta popular, estiman que podría celebrarse el 1 o el 8 de julio. Si Putin logra la reelección en los comicios de 2024 y en los de 2030, al finalizar esos dos mandatos adicionales, se pondría en los 83 años de edad y sumaría 16 años a los más de 20 que ya lleva al frente de Rusia.
Dios en la Carta Magna
Todo este tinglado de cambios constitucionales lo lanzó el jefe del Kremlin el pasado 15 de enero durante su discurso anual sobre el estado de la Nación. Desde entonces, muchas fueron las propuestas presentadas por un «grupo de trabajo» creado al efecto, entre ellas incluir el concepto de Dios en la Carta Magna , garantizar en su texto que el único matrimonio legal será el que contraigan un hombre y una mujer, la prohibición de que los funcionarios puedan tener propiedades en el extranjero, enmienda ya retirada definitivamente, y muchas otras no menos pintorescas.
Sin embargo, a juicio de la oposición, el verdadero objetivo de Putin con la reforma, además de desbrozar el camino para que pueda seguir mandando después de 2024, consiste en fortalecer todavía más sus poderes en detrimento del Gobierno y poner bajo su control los tribunales Constitucional y Supremo. Como señuelo para que la gente vaya a votar, la nueva Constitución incluirá en su texto la obligación de actualizar cada año las pensiones y el salario mínimo.
El líder carismático del partido liberal Yábloko, Grigori Yavlinski, lamenta en un artículo en su página web el hecho de que, con o sin nueva Constitución, «Rusia carece de un Estado de calidad y de una política competente». Según su opinión, «Putin no invertirá en la economía en la cantidad objetivamente necesaria, ya que considera la lucha contra Occidente como su misión histórica, y no la creación de una economía moderna y la mejora del bienestar de los ciudadanos».
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