«Periodismo y derechos humanos son materias vulnerables en México»

La voz de alarma de varios medios de comunicación y de ONG, ante la sospechosa desaparición, lograron detener las dudosas intenciones de quienes idearon el apresamiento de la periodista, que se ha convertido en un icono de valentía en su país, donde dirige un centro de acogida para mujeres y niños en Cancún, y ha levantado su voz contra los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

«Los demonios del Edén», cuya segunda edición, incorpora el proceso de persecución judicial al que está siendo sometida la periodista - en libertad condicional actualmente-, pone al descubierto una red de pornografía infantil y de abusos sexuales a menores en Cancún, y señala como principal responsable a Succar Kuri. Una historia que sido satirizada desde numerosos medios de comunicación. Este documentado trabajo de investigación -«poco habitual en México, donde se prodiga más el periodismo de ficción»- comenzó a raíz de la denuncia de Emma (nombre supuesto). Una mujer que con trece años fue víctima de abusos sexuales por parte de Kuri. A pesar de participar en la grabación de vídeo -con cámara oculta-, en el que se vio obligada a tomar parte para poner al descubierto a Kuri (a través de una conversación en la que éste reconocía haber abusado de niñas de hasta cinco años), la justicia lo dejó escapar.

Las presiones y las pruebas irrefutables consiguieron que, varios meses después y tras numerosos intentos de criminalizar a las víctimas y de intentar que se retractaran de sus declaraciones, fuera encarcelado en Arizona. Actualmente, y después de la aprobación de su extradición, Kuri espera su traslado a México. Sin embargo, y hasta que sea efectivo un juicio contra él, Cacho vive acosada bajo amenazas de muerte, y con un juicio pendiente que no se resolverá hasta después de las elecciones del próximo 2 de julio, «pues no quieren politizar el caso», argumenta.

¿Por qué tales represalias contra la periodista? Por haber desvelado las relaciones entre el crimen organizado, poderosos nombres vinculados con el PRI e importantes empresarios como Kamel Nacif, conocido como el «Rey de la Mezclilla», protector de Kuri hasta el punto de asumir los gastos de su defensa.

Pero el libro no sólo denuncia la existencia de redes de pornografía y pederastia en Cancún, «algo que sería extrapolable a cualquier lugar del mundo pues es el tercer negocio más lucrativo», sino el amordazamiento de la prensa en México ante cualquier delito que implique a los más poderosos, en uno u otro lado de la ley, en un territorio dominado por la corrupción y la impunidad, y donde el dinero y el miedo toman la palabra.

En su causa judicial, Cacho, periodista y defensora a ultranza de los derechos humanos -«las dos profesiones más vulnerables en México (son numerosos los periodistas asesinados en extrañas y circunstancias y encarcelados acusados de difamación)»- no titubea cuando afirmar que el juez de su caso «se ha vendido». Una situación habitual en el país azteca y para la que en su opinión hay tres opciones: «La más fácil para un juez es venderse porque si le descubren tiene la opción de ejercer en otro estado, mientras que si se enfrentan al crimen organizado pone en peligro su vida». La tercera opción, denunciar el intento de soborno, es la más improbable.

A pesar de todas las adversidades a las que se ha tenido que enfrentar, Cacho aún mantiene la esperanza de que los resultados electorales del próximo 2 de julio supongan una luz al final del túnel. En su opinión, si gana el candidato del PRD, López Obrador, o el del PAN, Felipe Calderón, existe la posibilidad de un juicio justo contra Kuri, y contra su acusación de difamación. Hasta que llegue ese día, Cacho está dispuesta a luchar, sin bajar la guardia, «hasta las últimas consecuencias».

SUSANA GAVIÑA