Facebook ya no podrá hacer oídos sordos al contenido terrorista: la UE obligará a retirarlo en una hora

Esta norma europea, directamente aplicable en todos los estados miembros, se aplicará a textos, imágenes, grabaciones de sonido o videos, incluidas transmisiones en vivo, que inciten a cometer delitos terroristas. Aunque entrará en vigor veinte días después de su publicación en el Diario Oficial, la regulación comenzará a aplicarse 12 meses después.

Pese al paulatino descenso de atentados en Europa, los ataques de individuos radicalizados, por lo inesperados que son, siguen representando una amenaza a tener en cuenta por las autoridades. Los últimos casos son los del asesinato de una agente de policía en la localidad francesa de Rambouillet y sobre todo la decapitación del maestro Samuel Paty del pasado octubre por un fanático de origen checheno, que minutos más tarde reivindicó su atentado en Twitter. El agresor había llegado a Paty después de horas buceando por las redes para encontrar objetivos a los que matar en nombre de Alá.

Esta regulación, que sigue la máxima de que lo que es ilegal 'offline', debe ser ilícito 'online', también contempla la eliminación de retransmisiones en directo de matanzas. «Sabemos que el terrorismo se mueve, Internet no es un añadido para la actividad terrorista sino una parte fundamental. Es todo un frente nuevo en la lucha antiterrorista», explica a ABC el eurodiputado del PP Javier Zarzalejos , que ha sido el negociador del Partido Popular Europeo, el principal grupo de la Eurocámara, para esta regulación. Asegura que con esta normativa se evitarán atentados y se salvarán vidas. «Unas veces se usa internet para difundir el crimen mientras se está cometiendo, otras para alimentar el proceso de radicalización de los que saldrán nuevos terroristas, y otras para extender la amenaza e incitar al asesinato», agrega.

Pongámonos en esta situación:

Brenton Tarrant abre la puerta del coche. Sin nadie en el asiento del copiloto, Tarrant enciende el navegador, cuya voz se solapa con el ritmo folclórico de la canción que suena en la radio. Tarrant la tararea sin perder detalle de la carretera. Parece que tiene prisa. No va solo a bordo. A Tarrant lo siguen 10 personas a través de su perfil de Facebook Live -quizá muchas menos de lo que este joven de 28 años cree merecer- gracias a la cámara que tiene incorporada en su casco. Tras un par de minutos al volante, Tarrant llega a su destino. Apaga el motor y sale del vehículo camino al maletero. Lo abre. El espectador puede ver varios fusiles de asalto llenos de inscripciones en blanco. Con suma tranquilidad, el protagonista de este macabro videojuego selecciona el más apropiado para sus objetivos. La cámara tiembla a cada paso decidido del protagonista, fuertemente armado, en su camino hacia la puerta de lo que parece una mezquita. Ahí empezó la masacre de 51 personas en Christchurch que se retransmitió en directo en una grabación de 17 minutos que más tarde iban a presenciar miles de personas, pero no por el Facebook Live del perfil del atacante, sino por las infinitas réplicas difundidas en multitud de plataformas (YouTube, Reddit…), medios de comunicación y por supuesto Google, junto al manifiesto de su ideario. Más de dos años después, el vídeo de este atentado terrorista todavía circula por la red debido, en parte, a la tardía reacción de Facebook para retirar la retransmisión de su red social.

La gran innovación de este reglamento, subraya Zarzalejos, son las llamadas órdenes de retirada («removal orders») por las que la autoridad competente de un Estado miembro de la UE (que puede ser desde una fiscalía, una agencia especializada, y por supuesto una autoridad judicial) puede ordenar a un proveedor de servicios cuya sede o representante legal está en otro Estado miembro que retire un contenido definido como terrorista en el plazo de una hora. Además, se podrá obligar a retirar cuentas, sí se trata de un perfil desde el que se comparte el contenido que regula el reglamento.

«En el atentado terrorista en Francia que degüella a la víctima. Una vez que el tipo sube una foto agarrando la cabeza de la víctima a una plataforma, la autoridad competente del estado miembro notifica a, por ejemplo, Google , empresa domiciliada en Irlanda, que debe retirar ese contenido para toda la UE en el plazo de una hora», ilustra Zarzalejos.

Según la Comisión Europea, Europol adoptó más de 50.000 decisiones sobre referencias a proveedores de servicios denunciando contenido terrorista en sus plataformas entre julio de 2015 y 2018. En ese último año, la Comisión, con el luxemburgués Jean-Claude Juncker a la cabeza, presentó una propuesta de reglamento sobre la prevención de la difusión de contenidos terroristas en línea.

«Este reglamento hará que sea más difícil para los terroristas abusar de Internet para reclutar en línea, incitar ataques en línea, glorificar sus atrocidades en línea», ha dicho esta semana la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson , ante la Eurocámara. «Sin manuales online, es más difícil fabricar bombas. Sin llamativos vídeos de propaganda, es más difícil envenenar las mentes de los jóvenes», añadió.

Desde 2018, la Eurocámara y el Consejo han estado dando forma a esta normativa, que ha generado todo tipo de críticas entre los grupos defensores de la libertad de expresión. El pasado marzo, 61 asociaciones defensoras de la libertad de expresión en la red enviaron una carta conjunta a los eurodiputados instándolos a votar en contra de la propuesta. A juicio de estas organizaciones, el plazo máximo de 1 hora obliga en la práctica a las plataformas a desarrollar algoritmos y otras herramientas de inteligencia artificial para la moderación de contenidos . La definición de contenido terrorista también preocupaba a los denunciantes, que consideraban que una definición demasiado amplia y poco concreta podía llevar a la retirada masiva de publicaciones, de carácter preventivo, por organismos de dudosa independencia política.

A la luz de las críticas, el texto aprobado ayer corrigió gran parte de esas carencias señaladas, en especial instando a la creación de autoridades independientes del poder político que serán las que ordenen a las compañías a retirar el contenido. Las plataformas no se verán, por tanto, obligadas a instaurar elementos automáticos de control . Además, la regla prevé salvaguardas para evitar abusos, incluido un mecanismo de reclamación para que los contenidos que hayan sido bloqueados o retirados por error puedan ser restaurados tan pronto como sea posible. Una excepción: los materiales online que tengan fines educativos, periodísticos, de investigación y sensibilización no serás considerados como contenido terrorista.

Por último, la Comisión evaluará el desempeño de las plataformas a la hora de atender los llamamientos de las autoridades competentes de los estados miembros. En caso de infracciones sistemáticas, según el texto aprobado, el proveedor responsable se enfrentará a sanciones de hasta el 4% de su facturación global en el último año.

«He tenido múltiples reuniones con las plataformas y han mostrado una posición tremendamente cooperadora y de forma voluntaria», describe Zarzalejos. A fin de cuentas, subraya el eurodiputado popular, la creación de un sistema bien engrasado de prevención de difusión de contenido terrorista va en el beneficio de estas multinacionales, en el punto de mira por su inacción en la última década ante la propagación de contenido extremista en la red.