Obama pide unidad y emplaza a actuar para que no se repita la masacre de Connecticut

«Hemos soportado demasiadas tragedias como esta en los últimos años. Una escuela primaria en Newtown, un cine en Colorado, e incontables esquinas de Chicago y Filadelfia. Cualquiera de estos barrios podría ser el nuestro, así que hay que unirse y emprender acciones significativas, sin importar la política, para impedir más tragedias como esta», ha declarado Obama en su discurso semanal.

«Nuestros corazones están rotos hoy», ha lamentado el presidente.

«Velamos por las familias de los que hemos perdido y tenemos en nuestras oraciones a los padres de quienes sobrevivieron ». «Por muy agraciados que sean al tener a sus hijos con ellos, saben que la inocencia de sus niños ha sido arrancada demasiado pronto», se ha lamentado.

Por otro lado, en lo que respecta al asunto de las armas , Obama ha dejado la puerta abierta a un debate y han sido muchas las voces que se han alzado en este sentido.

La última de ellas ha sido el editor del prestigioso semanario «New Yorker», David Remnick, quien ha instado a Obama, a que no actúe «olo como un padre» ante la matanza cometida en una escuela de Conneticut, sino que invoque también sus poderes y regule la tenencia de armas.

Así, Remnick ha pedido más decisión en su columna y, aunque no ha dudado de las lágrimas vertidas por el presidente en la rueda de prensa del viernes tras conocerse la tragedia, el premio Pulitzer ha insistido en que Obama utilice en este tema el mismo «coraje» que tuvo para apoyar el matrimonio gay o aprobar la reforma de salud .

Remnick añade que en los estados de Ohio, Pensilvania, Florida o Colorado el debate sobre las armas es un asunto delicado en las elecciones, pero subraya que debido a su reelección en noviembre -y a que esos estado votaron demócrata- «ahora es el momento» de que arriesgue parte de su aceptación en ellos «para salvar vidas».

Según explica el editor, «es difícil de entender que Obama entienda la segunda enmiend a » de la Constitución, que establece el derecho a portar armas, «de la misma manera que la lee la Asociación Nacional del Rifle o el Partido Republicano».

«Conversemos. Pero también debemos ver una acción decisiva por un presidente no sólo esté determinado a sentir también nuestro dolor, sino que invoque los poderes de su cargo y sienta la necesidad de evitar más sufrimiento», reitera el editor de New Yorker.

«Que comience en el estado de Conneticut su campaña por un mundo más seguro y un Estados Unidos menos violento», ha propuesto.