Obama admite ahora que el aumento de tropas de EE.UU. en Irak ha funcionado
ANNA GRAU SERVICIO ESPECIAL
NUEVA YORK. Barack Obama admite ahora que el incremento de tropas estadounidenses en Irak ha tenido éxito «más allá de lo soñado» y ha servido para reducir los niveles de violencia en ese país. Así lo ha reconocido en una singular ... entrevista concedida al periodista Bill O´Reilly de la cadena Fox, hasta ahora vetada por los demócratas, que la consideraban exageradamente hostil a su partido. Se dice que el deshielo de relaciones se negoció entre el mismo Obama y el magnate propietario de la cadena, Rupert Murdoch, en una reunión secreta hace tres meses.
En la entrevista, de la que hasta ahora sólo se han emitido fragmentos, Obama elude decir que se equivocó al votar contra el aumento de tropas norteamericanas en Irak, pero se desvincula él mismo de «cinco años de gestión desastrosa» de la guerra contra el terror por parte de la Administración Bush. También afirma que el recurso a la fuerza no puede retirarse nunca de la mesa. A la vez insiste en que los iraquíes no han cumplido aún su parte y no han asumido la responsabilidad que tienen de estabilizar su propio país. Asimismo identifica a Osama bin Laden y Al Qaida como los enemigos de Estados Unidos y juzga inaceptable que Irán llegue a poseer el arma nuclear.
Ahora o en febrero
Todo esto se produce en medio de filtraciones de un supuesto encendido debate en el Pentágono y la Casa Blanca entre partidarios de acometer una importante retirada de tropas de Irak -para mandarla a Afganistán- antes de que George W. Bush deje la Presidencia, y los que prefieren esperar a después, hasta bien entrado febrero. Entre estos últimos estaría el general David Petraeus.
Por último, un nuevo libro sobre la Administración Bush del periodista Bob Woodward, que se empezará a extractar en «The Washington Post» este domingo, atribuye los progresos en Irak no al aumento de tropas sino a operaciones de espionaje urdidas desde Washington que habrían incluido el seguimiento y el asesinato selectivo de líderes de la insurgencia. Entre las personas espiadas figuraría el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, varios miembros de su Gobierno e incluso de su familia.
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