La nueva conquista de Iberoamérica
Rusia, China e Irán amenazan con arrebatarle a Estados Unidos lo que hace pocos años era su patio trasero
Rusia, China e Irán se han lanzado a la conquista de Iberoamérica. Las tres potencias amenazan con ganarle terreno a Estados Unidos en una superficie que hasta hace unos años era su particular patio trasero. Las expediciones, al mando de Dimitri Medvédev, Hu Jintao y ... Mahmud Ahmadineyad, han encontrado terreno abonado en la Venezuela de Chávez, pero también en el resto de los países de la región.
El presidente de Rusia finalizó la semana pasada una gira que concluyó en La Habana con una advertencia: «Rusia está de regreso en América Latina». Medvédev calificó el giro en la política de Moscú de «decisión geopolítica seria». Antes que él, Ahmadineyad, visitó tres veces Bolivia, asistió a la toma de posesión de Rafael Correa en Quito (2007), se entrevistó once veces con Hugo Chávez, le recibió en seis ocasiones en Teherán y solicitó, en condición de observador, su ingreso en el ALBA, la versión bolivariana del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas que impulsa EE.UU. Su expansión en la región provocó la protesta de Israel, que atribuye su penetración no a fines comerciales sino al objetivo de imponer la revolución islamista.
Por su parte, Hu Jintao, aprovechó su participación en la Cumbre de la APEC (países de Asía y Pacífico) celebrada en noviembre en Lima, para hacer escala en Costa Rica y en Cuba, donde firmó paquetes de acuerdos comerciales. El desembarco de rusos, chinos e iraníes tiene su origen en el nacimiento de Hugo Chávez como la versión moderna del revolucionario siglo XXI.
Caracas fue el pionero en abrirse camino dentro del «eje del mal» tanto en Oriente como en Occidente, pero con un espíritu pragmático que le impide renunciar a las ventas diarias de millones de barriles de petróleo a Estados Unidos. El gigante del norte, en la peor crisis de su historia, únicamente comparada con el batacazo de 1929, ha perdido fuelle y aliados en la región donde nadie, ni Colombia, le firman hoy un cheque en blanco.
«Oro verde» para China
Diego Sánchez Ancochea, profesor de Economía de América Latina en la Universidad de Londres, recuerda que ya en 2004 el gigante asiático anunció «proyectos de inversión por un total de cien mil millones de dólares antes del 2015, con la mayor parte de los planes concentrados en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Venezuela». Las materias primas son el atractivo más goloso para Pekín que tiene puesto sus ojos en el cobre, petróleo y hierro pero piensa con el estómago cuando compra miles de toneladas de soja a Argentina, Brasil y hasta Paraguay. El «oro verde» del campo es «el principal alimento del cerdo en china», observa el periodista brasileño y especialista en la materia, Ariel Palacios.
Más del 80 por ciento de la producción de soja de los países mencionados va directamente a China. «El flujo de capitales en los últimos dos años en Iberoamérica creció un 70 por ciento, según cifras oficiales chinas» mencionadas por la mexicana Myriam García en su informe «Invierte más China en Iberoamérica».
Pero los números chinos, como los rusos, apuntan también al armamento. Venezuela compró este año a China 24 Karakorum-8 y firmó una veintena de acuerdos por unos cuatro mil millones de euros. La carrera armamentística de Caracas, primer comprador de armas rusas de Iberoamérica, parece no tener fin. O quizás, como la flota rusa por el Caribe, sólo sea el principio de un viaje por tierra, mar y aire sin EE. UU. pero en compañía de chinos, iraníes y rusos.
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