Maduro fuerza a las cadenas de supermercados a bajar precios

Y es que para intentar frenar la galopante inflación que marcó más de 2.700% al cierre del año pasado, una cifra récord en la historia del país y la más alta en todo el continente, el mandatario venezolano ordenó rebajar los precios a los niveles de diciembre, en un intento de congelar el tiempo o volver a un pasado reciente que se resiste a quedarse encapsulado.

La medida afecta a 26 cadenas de supermercados y a 50 productos básicos que sufren los embates de la escasez y la regulación de precios para desaparecer en cuestión de horas tan pronto son intervenidos por el chavismo-madurismo. El efecto es el mismo de un mago en cuyo sombrero desaparecen por arte de magia los productos.

Varios supermercados como la cadena Excelsior Gamma y el Centro Plaza se vieron colapsados por las colas, otros como el hipermercado Makro de Valencia prefirió sufrir un incendio antes de entregar su local a los buscadores de rebajas forzadas. El retorno de las fiestas de diciembre y de un Día de Reyes nada generoso ni pródigo sorprendió a los caraqueños este fin de semana con interminables colas para entrar a los supermercados y poder abastecerse con los últimos productos que quedan antes de entrar a la carestía absoluta de alimentos y la desquiciante hiperinflación que este año promete pasar del 5.000%.

Los sufridos venezolanos tuvieron que esperar unas cuatro horas para tener acceso a unos supermercados custodiados por soldados de la Guardia Nacional. Algunos ejemplos de las rebajas impuestas: el litro de leche descremada de larga duración de 69.000 bolívares bajó a 39.500 bolívares (0,31 dólar al cambio de 125.000), el sobre de 65 gramos de pollo con fideos de Maggi de 30.000 bajó a 16.000 (0,12 dólar), el paquete de 400 gramos de avena en hojuelas pasó de 69.000 bolívares a 30.000 (0,24 dólar).

Pero la mayor demanda se produjo en los productos lácteos como los quesos blancos y el jamón que desaparecieron hasta agotarse el inventario por las colas.

El problema de la medida es que someten a pérdidas millonarias a los dueños de los supermercados que muestren las facturas de sus proveedores ante la Sundde, cuyos agentes no atienden razones fundamentadas sino las órdenes de Maduro de bajar aunque pierdan con el decreto.

Juan Guaidó , el nuevo jefe del sector parlamentario de la oposición, denunció en rueda de prensa ayer que «vemos con preocupación un plan articulado de destrucción del aparato productivo nacional. Que no empezó hoy, sino hace 19 años con la expropiación de tierras que ahora están abandonadas e improductivas. Nos quieren hacer depender el Estado. Nos quieren hacer depender de supuestos favores que no lo son, porque son pagados con nuestro dinero como venezolanos».

Para la oposición, el régimen de Maduro «juega con el hambre y la miseria del pueblo de Venezuela como parte de un plan para controlarnos. Decía el libertador Simón Bolívar: maldito el soldado que dispara un arma contra su pueblo; pues, maldito el gobierno que utiliza el dinero del pueblo para hacerlo pasar hambre».

El parlamentario Guaidó, de Voluntad Popular, subrayó que «los funcionarios del Sundee llegan en la madrugada, piden lista de precios y se llevan los productos para luego revenderlos. Todo el mundo sabe lo que significa esto; pan para hoy, hambre para mañana».

Desde Voluntad Popular, cuyo fundador Leopoldo López sigue en arresto domiciliario, se afirmó: «Ratificamos que la principal solución es fomentar el aparato productivo y cambiar urgentemente este régimen corrupto, violador de Derechos Humanos y que ha creado la inflación más alta del mundo con su empecinamiento en un modelo fracasado».