Macron y Biden acuerdan una cumbre en Europa para limar asperezas por la crisis de los submarinos

El comunicado, voluntariamente elíptico, comienza subrayando que la celebración de «consultas abiertas hubieran permitido evitar la crisis». El presidente francés y el presidente norteamericano se «comprometen» a realizar, más adelante, «consultas sistemáticas» entre aliados, insistiendo en que París y Washington están comprometidos en la lucha común contra el terrorismo en el Sahel africano.

Tras el diálogo Macron-Biden, los embajadores de Francia en los EE. UU. y Australia volverán a sus embajadas en Washington y Canberra.

El diálogo personal, telefónico, ha permitido acotar y evitar la agravación de la crisis. Sin dar respuesta concreta a los grandes desafíos trasatlánticos que Francia tenía, tiene y seguirá teniendo en su agenda diplomática nacional.

En su día, Jean-Yves Le Drian , ministro francés de Asuntos Exteriores, calificó de «puñalada por la espalda» el acuerdo Aukus (acrónico de Australia, United Kingdom, United States). Macron y Biden no han deseado informar de las posibles «explicaciones» y «compensaciones» concretas, tras la ruptura de un importante contrato estratégico y multimillonario.

Más allá de la «clarificación» de la crisis, a corto plazo, Francia sigue insistiendo en las cuestiones de fondo que afectan a la matriz misma de las relaciones trasatlánticas, que un portavoz oficial de Macron ha resumido de este modo:

«Deben clarificarse las condiciones del compromiso americano con sus aliados europeos. Es necesario confirmar un pleno reconocimiento, por parte de nuestros aliados americanos de la necesidad de reforzar la soberanía europea. Es necesario confirmar el pleno reconocimiento de la importancia del compromiso creciente de los europeos en su defensa y seguridad».

Tras la retórica diplomática, Francia sigue pidiendo la plena afirmación de la soberanía estratégica de Europa, el pilar militar europeo de la Alianza Atlántica y su organización militar, la OTAN.