López Obrador planta a Biden en la Cumbre para la Democracia y solo envía a su embajador

En un plenario al que asistieron por vídeo un centenar de jefes de Estado y de Gobierno, Moctezuma defendió «la fortaleza de la democracia mexicana... y el acceso a elecciones libres, la libertad de prensa, el derecho a disentir y la pluralidad política».

Fue la Embajada de México en EE.UU. la que anunció que el delegado era Moctezuma en un comunicado en que no dio más razones por esa ausencia del jefe de Estado y Gobierno.

Ya había en Washington la sensación de que López Obrador podría ausentarse. Pero en una conversación previa con periodistas un alto funcionario de la Casa Blanca dijo a la prensa que creía que a México podría representarle el canciller Ebrard. Al final ni ese ministro de Exteriores fue.

López Obrador es un estrecho aliado de varios mandatarios que no fueron invitados a la cumbre por Biden: el castrismo de Cuba, el chavismo en Venezuela y la dictadura de los Ortega en Nicaragua.

La voluntad de Biden con este encuentro es crear un foro permanente en el que países puedan entrar o salir dependiendo de su compromiso con la democracia, en un contexto de auge del totalitarismo.

El mismo Biden dijo al abrir el plenario que «la mitad de todas las democracias ha experimentado un declive en al menos un aspecto de la democracia durante los últimos 10 años, incluido EE.UU.».

En consonancia con una política menos intervencionista en América Latina que la de su predecesor, Biden no ha dado más lugares destacados a mandatarios del continente en estos dos días de cumbre, jueves y viernes.

En el plenario intervinieron jefes de estado o gobierno: Pedro Sánchez, el francés Emmanuel Macron, el italiano Mario Draghi y otros. Tras Moctezuma hablaron Mokgweetsi E.K. Masisi, de Botswana, y Lazarus McCarthy Chakwera, de Malawi. Todos los países latinoamericanos, incluidos Argentina, Colombia, Ecuador, Perú y Chile enviaron a sus jefes de estado.

Tras ese plenario, la agenda incluía charlas y ponencias de los jefes de Gobierno de Letonia, Dinamarca, Zambia, Lituania, República Dominicana, Malaui, Suecia, Botsuana, Eslovaquia, Moldavia, Gana y Nueva Zelanda. Hablarán también el secretario general de la ONU, António Guterres , y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen . No habló el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro.

Además de Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo que la Administración Trump calificó como «la troika de la tiranía», tampoco están países a los que EE.UU. acusa de corrupción o deriva autoritaria, entre ellos Guatemala y El Salvador. Precisamente el miércoles EE.UU. acusó al presidente salvadoreño, Nayib Bukele , de haber sellado un pacto con las maras, los grupos delictivos, para reducir la criminalidad y lograr su apoyo en comicios. Bukele lo niega.