¿Locura o ataque yihadista? La mujer del atacante de París dice que había sufrido alucinaciones

Según el policía citado por los medios franceses, Michaël Harpon gritó varias veces «¡Alá es Grande..!» Hacia las 3 y las 4 de la madrugada del jueves.

Ese testimonio, oficioso, de entrada, coincide con el testimonio oficial de la esposa del asesino, que habría declarado a la policía judicial que instruye el caso: «Mi esposo sufrió un ataque de demencia la noche antes de la tragedia».

Todos los vecinos del asesino confirman las primeras impresiones recurrentes: era un musulmán practicante, desde hacía año y medio; y visitaba la mezquita más próxima a su domicilio varias veces por semana.

¿Locura? ¿Ataque yihadista? Los investigadores intentan este viernes comprender las motivaciones que llevaron a un oficial administrativo de la Prefectura de Policía de París (PP) a matar este jueves a puñaladas a tres policías y a un administrativo en el corazón del centro neurálgico de la policía de París.

El funcionario de policía que este jueves mató a puñaladas a cuatro colegas antes de ser abatido en la Prefectura de París tuvo alucinaciones la noche anterior, según contó su esposa al ser interrogada.

En custodia desde el jueves, la esposa del agresor habló ante los investigadores de la Brigada Criminal «comportamiento inusual y agitado» de su esposo, Michael H. , el día antes de su paso al acto, dijo una fuente cercana a la investigación.

Las redadas llevadas a cabo el jueves en la casa de la pareja en Gonesse (Val-d'Oise) tampoco han revelado ninguna evidencia que respalde la hipótesis de una radicalización violenta de este informático de 45 años convertido al islam hace 18 meses.

De momento, priorizan ninguna hipótesis y mantienen las del conflicto profesional y la radicalización yihadista, según una fuente de AFP cercana a la investigación.

Un vecino de la pareja ha tildado al atacante de «alguien muy tranquilo» que «fue a la mezquita pero tenía una práctica normal (religiosa)». Según sus vecinos, el sospechoso tiene dos hijos de 9 y 3 años.

La investigación fue abierta por la oficina del fiscal de París por cargos de homicidio voluntario pero sin calificarlo todavía como terrorista. La Fiscalía nacional antiterrorista, sin embargo, continúa siguiendo el caso muy de cerca.

Los investigadores instan a la precaución sobre las motivaciones que pueden explicar el curso mortal de este empleado sordo que «nunca tuvo dificultades de comportamiento» o «cualquier señal de alarma», según el Ministro del Interior Christophe Castaner.

El viernes por la mañana, frente al edificio del PP en la isla de la ciudad, los agentes de la prefectura estaban visiblemente marcados, con la cabeza baja y la cara cerrada. «Estamos muy conmocionados, no esperábamos eso aquí», dijo un compañero de trabajo que trabaja con una mujer herida en este ataque sin precedentes.