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José M. de Areilza - Monnet & Co.

Kabul en las elecciones alemanas

La última baza del centro-derecha alemán para mantenerse en el poder vuelve a ser Angela Merkel, a punto de dejar la cancillería tras dieciséis años

La canciller alemana, Angela Merkel AFP

José M. de Areilza

Las elecciones del 26 de septiembre en Alemania, las más importantes que se recuerdan para el futuro europeo, pueden verse muy afectadas por el desmoronamiento de Afganistán. La amenaza de una nueva crisis migratoria como la sucedida en 2015 cala en los debates electorales. Armin ... Laschet, el sucesor de Angela Merkel al frente de la CDU, muestra una propensión desesperante a meter la pata y no acaba de explicar cuáles son sus prioridades. El bávaro Horst Seehofer, ministro del Interior, ha sido obligado por sus aliados a rectificar el cálculo inicial de cinco millones de refugiados a las puertas de Europa provocado por la vuelta de los talibanes al poder, pero el miedo se ha hecho presente. Algunas encuestas dan todavía el primer puesto a los demócrata-cristianos, casi empatados con los social-demócratas. Su candidato, Olaf Scholz, el actual ministro de Finanzas, es tan gris como Laschet, pero despierta más confianza. Los verdes han retrocedido al tercer puesto y los liberales podrían volver a ser bisagra. Los antiguos comunistas mejoran en sus expectativas. Hasta cuatro combinaciones de coaliciones de gobierno son posibles y en todas ellas se excluye a la ultraderecha, que recupera votos explotando el temor a la inmigración descontrolada. La evacuación de más de tres mil colaboradores afganos se ha completado, pero queda la dura foto del fracaso occidental. Alemania ha sido después de Estados Unidos el país que más recursos ha empleado para tratar de poner en pie un Afganistán que ya no existe. La última baza del centro-derecha para mantenerse en el poder vuelve a ser Angela Merkel, a punto de dejar la cancillería tras dieciséis años. Se volcará estas semanas en mítines y actos de campaña, al rescate de Laschet y de su propio legado. Su fórmula para frenar una avalancha de refugiados sigue siendo crear una barrera de Estados intermedios a partir de Turquía. La mejor garantía de que Alemania mantenga su orientación europeísta es que Merkel consiga a través de su discípulo una quinta victoria electoral, suficiente para situar a los suyos al frente de un nuevo gobierno de coalición.

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