«Jamás había visto algo así; la bala pareció explotar dentro de su pecho»
El vídeo de 37 segundos ha dado la vuelta al mundo. Neda se desangra en una calle de Teherán mientras su profesor de música y un médico de nombre Arash Hejazi intentan reanimarla.
En las imágenes colgadas en You Tube se escuchan gritos, sollozos. Miedo ... ante una vida que se va. Instantes antes, esa hermosa mujer convertida en el símbolo de la lucha contra el régimen iraní recibió un disparo. Neda miró hacia abajo, viendo cómo la sangre brotaba de su pecho. El doctor Hejazi estaba cerca. Corrió para ayudarla. Ella no podía hablar pero a él le pareció que Neda intentaba hacer una pregunta: "¿Por qué?".
Hejazi tiene 38 años y se formó como médico para después dedicarse a su auténtica pasión, la literatura. Como publica hoy el " Times " de Londres, se convirtió en novelista y director de una editorial de Teherán. Y ha pasado los últimos siete meses junto a su mujer y su hijo haciendo un curso de postgrado en la universidad Oxford Brookes, pensando que el líder opositor Mir-Husein Musavi podría cambiar el rumbo de su país.
El 12 de junio votó en Londres y al día siguiente voló a Teherán en viaje de negocios, en medio de las protestas y enfrentamientos entre milicianos basij y manifestantes. El sábado 20, poco antes de las siete de la tarde, estaba sentado en su oficina con tres amigos cuando escucharon gritos en la cercana calle Kargar. Salieron para ver qué pasaba y vieron a la policía cargando contra los manifestantes. Hejazi vio a Neda con un hombre más mayor. Pensó que era su padre. Después supo que se trataba de su profesor de música.
"De repente todo fue una locura. La policía empezó a cargar. Oímos un disparo. Neda estaba a un metro. Me di la vuelta y vi cómo sangraba por el pecho. Estaba en estado de shock, mirando a su pecho. Perdió el control y se desmayó", cuenta el médico en entrevista con la BBC .
Murió en menos de un minuto
"Corrimos hacia ella y la tumbamos en el suelo. La herida de bala estaba justo debajo del cuello. Jamás había visto algo así porque la bala parecía haber explotado dentro de su pecho y la sangre empezó a salir por la boca y la nariz".
El médico cree que también le afectó a la garganta. "Intenté presionar la herida, pero fue en vano porque murió en menos de un minuto".
El primer pensamiento de Hejazi es que el disparo había salido de una azotea. Pero después vio a los manifestantes agarrar a un hombre armado en una moto.
"La gente empezó a gritar: lo tenemos, lo tenemos. Lo desarmaron y sacaron su carnet de identidad, que mostraba que era un miliciano basij. La gente se enfureció. Él gritaba: ¡No quería matarla!"
Lo dejaron marchar, pero se quedaron con su carnet y lo fotografiaron. Después, cuando metieron el cuerpo sin vida de Neda en un coche para llevarla al hospital, el médico vio cómo volvieron a agarrar al basij, un hombre alto y fuerte que disparó a la joven estudiante de música de 26 años desde su moto.
«Espero que su sangre no haya sido derramada en vano»
Sobre el peligro que corre por denunciar lo ocurrido, Hejazi reconoce que fue una decisión muy difícil. "Pero Neda murió por una causa. Luchaba por conseguir los derechos básicos del ser humano y espero que su sangre no haya sido derramada en vano".
Hejazi, que regresó a Londres después de la muerte de Neda, no cree que pueda volver a Irán en este momento. "Van a denunciarme por lo que he contado. Yo nunca he estado metido en política y estoy poniendo en peligro mi situación por la mirada inocente en los ojos de Neda, que murió en mis brazos".
El doctor metido a novelista-editor meditó junto a sus amigos sobre lo que habían vivido esa intensísima tarde. "Estaba furioso, aterrado y triste. Como médico había visto la muerte antes, pero nunca pensé que llegaría a tener esa sensación. No era simplemente su muerte. Era la injusticia que veía reflejada en sus ojos mientras moría".
Hejazi lloró aquella noche, después de verse junto a Neda en las imágenes de la CNN y al-Jazeera. Entonces se preguntó cuándo irían a buscarlo para silenciarlo (o algo peor), como habían hecho con la familia de la chica.
Advirtió a Paulo Coelho
El martes le envió un e-mail a su amigo Paulo Coelho, el escritor brasileño: “Intentaré dejar el país mañana. Si no llego a Londres a las dos de la tarde es que me ha pasado algo... Si algo así ocurre, por favor cuida de mi mujer e hijo".
Ahora habla desde la tranquilidad de su casa en Oxford. "No puedo olvidar la escena", confiesa. Y en su Facebook, comparte con sus compañeros: "No estoy seguro si puedo seguir siendo el payaso de la clase. Tengo demasiadas cicatrices. Mucho más profundas de las que tenía antes".
El médico asegura que su único consuelo es que Neda se haya convertido en un "símbolo de la inocencia destrozada por el diablo". Al menos así no ha fallecido en vano. "Ella representa todo lo que significa este movimiento. Era una civil pacifista que no llevaba ningún arma. Simplemente gritaba contra la injusticia en su país. Por eso fue asesinada".
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