Marruecos se suma a la ola islamista

La primera victoria electoral de los islamistas en Marruecos en unos comicios calificados de transparentes supone un auténtico vuelco en medio de los cambios que se suceden a la sombra de la Primavera Árabe. El reino alauí sigue así la estela de Túnez, donde se impuso hace un mes Ennahda, la formación hermana del PJD.

Los islamistas moderados y defensores de la Monarquía se han hecho con algo más del 27% de los escaños al finalizar el escrutinio. De esta forma, como se esperaba, la realidad política sigue muy fragmentada y ninguna de las formaciones que concurrieron a las elecciones del viernes podrá lograr la mayoría absoluta de 198 asientos en la cámara.

Esto obligará a emprender negociaciones para poder formar el nuevo Gobierno , tarea que ocupa ya a los líderes islamistas como fuerza vencedora. Si sus contactos no son un absoluto fracaso, y no parece que vayan a serlo, todo apunta a que el primer ministro será del PJD. De hecho, ya hay algunos partidos que se muestran dispuestos a unirse a ellos como el Istiqlal, que es la segunda fuerza.

Los marroquíes “piden reformas pero quieren mantener su sistema monárquico” , señaló Aldelilah Benkirán al poco de conocer los resultados. El secretario general del PJD no ocultó que sus preferencias para aliarse van orientadas a la denominada “Kutla” (bloque) integrada por el Istiqlal, los socialistas de la USFP y los ex comunistas del PPS. Solo hay un partido con el que dejó claro que no van a negociar. “Es el PAM”. El Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que al cierre de esta edición era la cuarta fuerza con 33 escaños, fue creado recientemente por un amigo de Mohamed VI. Forma parte del denominado G8, una alianza de ocho partidos en la que también está integrada la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), que se es tercera con 38 representantes.

El líder del RNI y hasta ahora ministro de Economía, Salahedine Mezuar, es el gran perdedor de los comicios y ayer aceptaba que, si no hay un terremoto postelectoral, estará en la oposición. Felicitó a Benkirán pero quiso dejar claro que no romperá el pacto del G8 –que incluye al PAM- y que seguirá con sus “convicciones defendiendo la democracia y la modernidad”, haciendo una referencia indirecta al posible retroceso que puede vivir Marruecos con los islamistas.

La calle vivió con absoluta calma la victoria islamista y en Rabat no hubo manifestaciones. El centro de la celebración fue la sede del partido, en el barrio de Les Orangers, donde el ambiente de fiesta comenzó con los primeros resultados parciales en la noche del viernes. La Unión Europea ha felicitado al reino alauí en un comunicado y los observadores extranjeros despleados sobre el terreno, un diez por ciento aproximadamente de 3.700, las han calificado de "transparentes".

La nueva Constitución aprobada el pasado 1 de julio obliga al Rey Mohamed VI a elegir al jefe del Ejecutivo entre los miembros de la formación que saliera victoriosa de las elecciones. Cabe la posibilidad de que si ese primer partido no es capaz de formar un gobierno su jefe sea elegido de otra formación.

La asociación islamista Justicia y Caridad, ilegal pero tolerada y que pidió el boicot a los comicios dentro del Movimiento 20 de Febrero, quiso restar importancia al paso dado por el PJD. Probablemente, como entienden algunos analistas, muchos de los que depositaron la papeleta a favor de los islamistas moderados son seguidores de Justicia y Caridad. Esta asociación no reconoce a Mohamed VI como comendador de los creyentes, máxima autoridad religiosa. Otros son marroquíes desencantados con la política en su país que ven al PJD como único capaz de regenerar la vida política, social y económica, especialmente la corrupción.

La tasa de participación superó algo a la de 2007, pero aun así fue pobre. Un 45 por ciento de los inscritos en las listas frente a un 37 hace cuatro años. Esto supone que fue a las urnas poco más de uno de cada cuatro marroquíes en edad de votar. El Movimiento 20 de Febrero, que ha anunciado que seguirá manifestándose en la calle reclamando más reformas, se apresuró a celebrar en su página de Facebook estas cifras, que interpretan, en cierto modo, como un apoyo a su llamamiento al boicot.