La impopularidad de Macron es una amenaza para su gobierno y su partido
El candidato del presidente a la alcaldía de París, en las elecciones del 15 y el 22 de marzo próximo, parece llamado a ser el gran perdedor de esa batalla, con un modesto 16 % de intenciones de voto. La favorita es la socialista Anne Hidalgo
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Iniciar sesiónEmmanuel Macron corre el riesgo de perder la inmediata «batalla de París», cuando su mala imagen pública, personal, se ha convertido en una amenaza grave para los candidatos de su partido en las próximas elecciones municipales.
Según el último sondeo del matutino conservador «Le ... Figaro», Benjamin Griveaux , el candidato del presidente a la alcaldía de París, en las elecciones del 15 y el 22 de marzo próximo, parece llamado a ser el gran perdedor de esa batalla, con un modesto 16 % de intenciones de voto, cuando Anne Hidalgo (socialista), alcaldesa saliente, y Rachida Dati , candidata conservadora, tienen respectivamente 23 y 20 % de intenciones de voto.
El candidato macroniano es víctima de tres procesos convergentes: división de su partido, «La República En Marcha» (LREM), con otro candidato disidente, Cédric Villani (10 % intenciones de voto); mala imagen del protegido personal del presidente; y desastrosa imagen personal del jefe del Estado, de quien un 70 % de los franceses dicen tener «mala» o «muy mala» opinión.
Macron se ha convertido, con François Hollande , en uno de los dos presidente con peor cota de estima, a los tres años cortos de su elección, entre todos los presidentes de la V República.
El 70% de opiniones negativas de Macron es percibido como un «saco de cacerolas» para el conjunto de los candidatos de LREM en las próximas elecciones municipales.
Elegido presidente de la República el mes de mayo de 2017, Macron consiguió para su partido, LREM, una mayoría parlamentaria excepcional, mes y medio más tarde.
Las elecciones municipales del mes de marzo que viene serán el primer «test» político de fondo , para Macron, su gobierno y su partido. A dos meses cortos de ese voto, sensible, la erosión de la imagen presidencial parece sugerir un voto sanción de proporciones imprevisibles.
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