Las imágenes que prueban el asesinato de Óscar Pérez en la masacre de El Junquito en Venezuela

Azuaje y Casella han comparecido ante los medios de comunicación acompañados de Luis Armando Pérez, hermano del propio Óscar Pérez, que ha llegado recientemente a España junto a su familia para pedir asilo político, después de huir de Venezuela y recorrer distintos países latinoamericanos. «Pedimos la asistencia de Europa, necesitamos ayuda contra esos criminales y que nos enfoquemos en la lucha contra ellos, no entre nosotros», pidió el hermano del policía asesinado.

Según explicaron los dos diputados venezolanos, las fotos y los vídeos prueban que, en lugar de un intercambio de disparos, lo que se produjo en El Junquito, en el distrito capital, fue una auténtica masacre a sangre fría, a pesar de que Pérez y sus compañeros habían capitulado. «Cuando te rindes, tienes derecho a la vida y si cometes un delito, lo pagas», explicó Wilmer Azuaje. Pero en este caso «les dieron tiros a quemarropa», denuncia. Según dice, así lo demuestran, entre otras evidencias, los restos de pólvora que se aprecian en los tatuajes, los impactos de bala en los brazos que indican una postura defensiva y que las armas de las víctimas estaban cargadas, es decir, sin que hubieran disparado. «A una mujer le dieron varios tiros en la cabeza y le abrieron el cráneo», añadió mostrando la parte posterior de la cabeza. A uno de los compañeros de Pérez «le volaron parte del brazo» y a otro le destrozaron «la mitad de la cabeza», continuó.

Además de Óscar Pérez, los otros seis rebeldes muertos en la operación de El Junquito fueron José Alejandro Díaz Pimentel , Abraham Agostini , Daniel Soto , Jairo Lugo y Lisbeth Ramírez .

Además, los diputados denunciaron que las propias fuerzas de Maduro mataron también a dos miembros de los llamados «colectivos», los grupos paramililitares armados por el régimen, para simular que los sublevados habían disparado.

Los intervinientes en la rueda de prensa en Madrid reconocieron que la difusión de las imágenes no ha gustado a parte de los familiares de los asesinados, pero la justificaron en la necesidad de denunciar las «atrocidades» del régimen para mover a la acción. Si no se hubiesen mostrado las imágenes del horror del Holocausto, «no se habría sensibilizado para que no se repitiera», aseguró Franco Casella.

Luis Armando Pérez, que dijo responsabilizarse solo de las imágenes que se refieren a su hermano, hizo un llamamiento «al mundo para que se dé cuenta de que esos criminales se están expandiendo a nivel americano y europeo y que siguen asesinando a los venezolanos», sin que el pueblo tenga «capacidad de defenderse». «Son un virus que se sigue esparciendo y hay que detenerlos», clamó.

Aminta Pérez, la madre de Óscar Pérez, difundió unas declaraciones desde Estados Unidos en las que destaca que su hijo estaba «apegado a sus principios de libertad y fraternidad» y que «entregó su vida con el único objetivo de rescatar los valores, la moral y las buenas costumbres como legado de Bólivar, Miranda y Piar (héroes de la emancipación americana)» y pidió «que se haga justicia» y que «se recupere la libertad de Venezuela, se restablezca la seguridad en la nación y se salvgauarde la del hemisferio»

Wilmer Azuaje, que fue quien obtuvo las imágenes, asegura que las recibió en Colombia de manos de un detective que huyó de Venezuela y quería denunciar las pruebas de la masacre.

Óscar Pérez saltó a la opinión pública internacional el 27 de junio de 2017, cuando tomó un helicóptero policial con el que sobrevoló el edificio del Tribunal Supremo , efectuando varios disparos y lanzando granadas. Desde entonces se mantuvo en rebeldía hasta que murió en El Junquito junto con los otros seis rebeldes citados.