La reconstrucción no llega al caótico Haití
Un año después del terremoto, un millón de personas sigue viviendo en campamentos provisionales y la ayuda prometida por la comunidad internacional no llega
luis de vega
¿Será el terremoto el revulsivo que necesita Haití para empezar de cero? Esta pregunta se la hacían muchos justo después del terremoto que dejó el 12 de enero de 2010 más de 200.000 muertos -300.000, según las autoridades locales-. Un año después ... casi todos tienen respuesta: Haití sigue siendo un caos al que no llega la ayuda prometida por todos los que, conmovidos, aseguraron que iban a llevar a cabo la reconstrucción.
De los 10.000 millones que deben destinarse apenas han llegado "unos pocos cientos", denuncia Médicos del Mundo , y solo el cuatro por ciento de los escombros ha sido retirado, según Acción Contra el Hambre . Entre los pedruscos apareció el viernes pasado el cuerpo de un hombre conocido como Pierrot. Su familia ha tardado 360 días en comprobar que estaba muerto.
Basta un paseo por Puerto Príncipe para comprobar que, efectivamente, el trabajo que queda por hacer es inmenso. Muchas calles, plazas y descampados siguen tomados por los mismos vecinos que fueron alojados de manera provisional en los días posteriores al seísmo.
Duchas con palangana
Las letrinas, los plásticos para cubrirse del sol y los tendederos a pie de asfalto son el mobiliario urbano más habitual incluso en los jardines de los Campos de Marte, en pleno centro de la ciudad. Allí mismo, delante del derruido palacio presidencial, es fácil ver a vecinos ducharse con una palangana, cocinar en el suelo o matar las horas cruzados de brazos mientras ven pasar el tráfico.
Apenas unas decenas de miles de personas se han atrevido a volver a sus casas agrietadas o han sido realojados en las viviendas prefabricadas que se están levantando en diferentes zonas como solución también provisional pero más digna que las tiendas de campaña.
Quedan en cualquier caso un millón de haitianos viviendo en los aproximadamente mil campamentos que se mantienen en la zona afectada por el terremoto, cuyo epicentro se situó a quince kilómetros de Puerto Príncipe.
"Estamos peor que hace un año. ¿Qué se hace con el dinero entregado? Las ONG no hacen más que guardárselo en el bolsillo mientras se preocupan de su visibilidad ", se queja firme Branche D'or Gregory, coordinador y jefe de seguridad del campamento Maisgaté 2, levantado junto a la pista del aeródromo de la capital.
Algunos lo entienden. "Sorprende la paciencia de toda esta gente después de todo lo que se les ha prometido", reconoce Francisco Otero, jefe de la misión española de Médicos Sin Fronteras (MSF). "Hubo países que prometiron mucho dinero" y doce meses después "no hay casi ninguna perspectiva para la población que vive en los campamentos".
Por si los males fueran pocos, la epidemia de cólera que sacude desde hace tres meses el país se ha cobrado más de 3.500 vidas y la celebración de unas elecciones puestas en entredicho de manera casi generalizada mantienen a Haití en una calma tensa que puede romperse con extrema facilidad ante la segunda vuelta en las urnas, que todavía no tiene fecha.
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