Europa del este comienza a recibir la ola de ucranianos: «He traído a los niños para ponerlos a salvo»

A primera hora, gente del lugar ha llegado para repartir entre los niños chocolate caliente y paczki , los buñuelos típicos del carnaval en la región. Funcionarios y militares han instalado mesas plegables en las que registran a los recién llegados e intentan ayudar a que tomen el siguiente tren, con muy diversos destinos. «Esperamos que muchas personas de Ucrania intenten llegar al país», ha declarado el ministro polaco de Interior, Mariusz Kamiński. «En estos días difíciles, tenemos que ayudar al pueblo ucraniano... son muchos los que van a huir de las bombas , no queremos escandalizar a nadie mencionando números, para no provocar ansiedad, aunque es difícil evitarlo».

Por ahora hay nueve puntos de recepción para quienes no tengan un sitio al que llegar, ha informado el viceministro de Interior, Paweł Szefernaker, donde recibirán alimentos y asistencia médica en caso de ser necesario. Pero las autoridades intentan que la mayor parte de ellos sigan camino hacia otros países europeos. Los refugiados no necesitarán mostrar una prueba de COVID-19 al cruzar la frontera ni someterse a una cuarentena para facilitar un flujo rápido, según el viceministro de Salud, Waldemar Kraska.

La ministra de Interior alemana , Nancy Faeser, ha ofrecido a Polonia ayuda en esta operación llegada de refugiados. «La presión se está acumulando en la fronter eslovaca, pero también en las fronteras húngara y polaca. Ahora debemos apoyar a estos países con solidaridad », ha admitido también el canciller austriaco Karl Nehammer. «Somos una familia europea, y las familias se apoyan unas a otras», agregó.

Según la agencia de las Naciones Unidas, ACNUR, alrededor de 100.000 ucranianos están huyendo en estos momentos del país. «Todavía no podemos confirmar las cifras exactas, pero está claro que ha habido un movimiento significativo », explica la portavoz de ACNUR, Shabia Mantoo. Los países vecinos de Ucrania se apresuran a tomar medidas. El presidente lituano, Gitanas Nausėda, firmó el jueves un decreto que declara el estado de emergencia, que el parlamento aprobó por unanimidad durante una sesión extraordinaria urgente. Su mayor preocupación son los ataques híbridos y de «otro tipo» contra Lituania , pero el estado de emergencia permite también financiar la acogida de refugiados en su frontera.

El Ministerio del Interior checo ha preparado un plan de emergencia porque espera «una afluencia masiva de refugiados de Ucrania». A los ucranianos que viven en el país se les otorgará una extensión de visa y varios multimillonarios checos y grandes empresas han anunciado un importante apoyo financiero a las ONG que brindan ayuda humanitaria en Ucrania. En solo un día se recaudaron más de 4 millones de euros.

Hungría también ofrece ayuda humanitaria a los ciudadanos que huyen de Ucrania. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha declarado que se desplegarán policías y militares en la frontera, ya que se esperan muchos refugiados ucranianos. «Después del ataque militar, desafortunadamente, podemos esperar un aumento en el número de ciudadanos ucranianos que llegan a Hungría y que probablemente solicitarán asilo. Estamos preparados para cuidarlos y podremos enfrentar el desafío de manera rápida y eficiente », agregó, después de que, el jueves, muchos ucranianos en la región de Transcarpacia irrumpieran en tiendas y gasolineras. Hungría ha abierto dos cruces fronterizos durante un horario extendido.

El Gobierno checo , por su parte, está están preparando alojamientos de emergencia para los necesitados. «Estamos preparando gimnasios escolares, dormitorios y albergues turísticos que tenemos a nuestra disposición y que pueden usarse para alojamiento de emergencia de ucranianos», dijo Rastislav Trnka, jefe de la región autónoma de Košice, que está trabajando actualmente en la selección de un terreno adecuado cerca de la frontera donde se podría establecer una ciudad de tiendas de campaña.

El Ministerio de Interior ha anunciado que se permitiría la entrada a personas sin pasaporte después de la evaluación de la patrulla fronteriza. El gobierno también está listo para abrir cruces fronterizos adicionales. Eslovaquia, que tiene actualmente cinco cruces fronterizos en la frontera de 98 kilómetros de largo con Ucrania, dos para automóviles de pasajeros, uno para peatones y ciclistas, y dos para transporte ferroviario, anuncia también facilidades.

Y Moldavia tiene capacidad para «decenas de miles de personas», según la presidenta Maia Sandu, que ha preparado varios otros escenarios en caso de que el número de refugiados sea mayor. Solo en las primeras horas del jueves, casi 2.000 ciudadanos ucranianos entraron en Moldavia, según el Ministerio del Interior.