Conservadores y socialistas griegos perfilan un frágil Gobierno europeísta

Samarás y Venizelos aún buscan el apoyo de otras formaciones políticas para ampliar la base social del nuevo Ejecutivo

Conservadores y socialistas griegos perfilan un frágil Gobierno europeísta AFP

ALBERTO SOTILLO

Conservadores y socialistas griegos dan los últimos toques para la formación de un Gobierno, integrado fundamentalmente por miembros de estas dos fuerzas vistas como representativas de la desacreditada vieja política. Los líderes de ambas formaciones, Antonis Samarás y Evangelos Venizelos son conscientes de ... la debilidad de un Ejecutivo limitado solo a ambos partidos, de aquí su interés en ampliar la base social del mismo, y en dar a entender que los tiempos del viejo clientelismo sectario ya han terminado. Pero todos los partidos –incluidos los socialistas del Pasok- temen ser achicharrados en un Gabinete condenado a llevar a cabo reformas tan inaplazables como difíciles de materializar.

Samarás y Venizelos confían en conseguir también el apoyo de Izquierda Democrática , formación que, no obstante, pone varias condiciones destinadas a dar un cariz ligeramente más izquierdista al Ejecutivo, insiste en otras medidas regeneracionistas tendentes a acabar con muchos de los privilegios de la casta política e intenta salvar la cara frente su electorado ante el pavor a ser barridos por la extrema izquierda de Syriza , que se mantiene en la oposición, lista a dar el zarpazo definitivo al nuevo Gobierno en cuanto aumente la crispación social y madure el descontento. No se descarta que Izquierda Democrática dé su apoyo parlamentario al Ejecutivo pero sin formar parte del mismo.

Tras los primeros titubeos, los socialistas del Pasok ahora sí están decididos a formar parte del Gobierno y a asumir carteras de responsabilidad. Aunque Samarás tiene también la intención de reservar una tercera parte de los puestos de responsabilidad a independientes . El objetivo de Samarás y Venizelos es disponer de una mayoría parlamentaria de 180 diputados, que les garantizaría la aprobación de todas las medidas necesarias, pero para ello, aparte de Izquierda Democrática, necesitarían encontrar el apoyo de algún tránsfuga primerizo de otras formaciones.

La solución, en Europa

Seis meses, un año es el plazo que los más escépticos analistas le dan al nuevo Gobierno. En la calle ni un solo ateniense confía en que el Ejecutivo pueda aguantar más de doce meses. Aunque también es cierto que hablan por la desastrosa experiencia de anteriores Gobiernos. Ahora se espera de los responsables políticos mayor altura de miras. Lo que también es visto con mucho escepticismo por una sociedad que ve en Samarás y Venizelos a dos típicos representantes de la desacreditada vieja clase política.

En todo caso, por más impulso que quiera tomar el nuevo Gobierno, el sentimiento compartido en las fuerzas políticas moderadas es que la solución definitiva no está en sus manos, sino en las de Europa. En la necesidad de que los líderes europeos tomen decisiones radicales y avancen en una verdadera integración fiscal, bancaria y económica para hacer frente a la crisis. Que el margen de maniobra de las autoridades helenas es muy estrecho . Difícilmente podrán seguir reduciendo sueldos y subiendo impuestos, como han hecho hasta ahora. La única vía es acometer reformas estructurales para contar con una Administración pública saneada, acabar con una corrupción consentida por gran parte de la sociedad helena y crear un mercado laboral abierto y competitivo. «Profundizar en las reformas es el camino», insistió ayer el ex primer ministro socialista Yorgos Papandreu, pero también este se sumó al carro del escepticismo heleno: «La solución está en Europa», insistió.

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