El Gobierno japonés pide no dar agua del grifo a los bebés en Tokio
Se ha detectado en las plantas potabilizadoras de la ciudad niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños
EUROPA PRESS
El Gobierno de Tokio ha instado este miércoles a la población a no dar agua del grifo a los bebés, después de detectar en las plantas potabilizadoras de la ciudad niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños, según informa la agencia ... de noticias Kiodo.
Las autoridades metropolitanas han registrado 210 becquerelios de yodo radiactivo en el agua tokiota, cuando lo habitual es encontrar 100 becquerelios en su composición. La contaminación afectaría al suministro de la capital y al de cinco distritos suburbanos .
Desde el martes, operarios de la Agencia de Seguridad Nuclear realizan controles de los niveles de radiación en el agua marina que baña las costas de Fukushima, donde se ubica la central más afectada por el terremoto de nueve grados en la escala de Richter que el pasado 11 de marzo azotó la costa noreste del país.
En opinión del subdirector general de este órgano, Hidehiko Nishiyama, la radioactividad en el mar podría deberse al agua utilizada para enfriar los reactores de la planta o por las partículas expulsadas desde sus instalaciones.
Una vez más, las autoridades volvieron a pedir calma y aseguraron que el consumo de agua del grifo de la capital nipona no supone ningún riesgo inmediato para la salud, ni en el caso de los bebés, y que los adultos pueden beberla sin problemas. Pero, al momento, las redes sociales se llenaron de mensajes de tokiotas que salieron de sus trabajos a los combini (tiendas 24 horas) para comprar agua embotellada, cuyas existencias se agotaron en muchos comercios.
El alcalde de Tokio, Shintaro Ishihara, ha pedido «calma» y «sensatez», mientras el portavoz del Gobierno, el ministro Yukio Edano, ha reclamado a la población que no haga acopio de botellas de agua mineral.
Once verduras bajo sospecha
Además de la alerta sobre el agua, el Gobierno ha restringido la distribución de once verduras de Fukushima en las que se detectaron niveles de radiación excesivamente altos, entre ellos brécol, espinacas, repollo o nabo.
También ordenó detener la distribución de leche y perejil en la vecina provincia de Ibaraki por el mismo motivo, aunque volvió a insistir en que es una medida de precaución porque el consumo de estas verduras no supone un riesgo inmediato para la salud.
Según el Gobierno nipón, si una persona ingiere cien gramos de alimento con la mayor concentración de material radiactivo detectada hasta el momento durante diez días, recibiría una radiación equivalente a la mitad de la exposición natural al medio ambiente durante un año.
Un consumo prolongado, sin embargo, haría que el volumen de radiación recibida excediese los niveles considerados normales y podría perjudicar la salud.
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