Estados Unidos y Cuba acuerdan restablecer los vuelos regulares directos

Barack Obama , al que le queda poco más de un año en la Casa Blanca, necesitaba algún resultado palpable que presentar a sus ciudadanos tras doce meses de deshielo. El presidente ha recibido numerosas críticas por el viraje político en las relaciones con Cuba desde el bando republicano y por parte de cubanos exiliados que le acusan de dar demasiadas concesiones al régimen sin que desde la isla se hayan dado síntomas de apertura democrática.

En un mensaje con motivo de este primer aniversario, Obama advirtió de que los cambios no se producen «de la noche a la mañana» y que el proceso será «un viaje largo» . Además, con el acuerdo para los vuelos regulares en el bolsillo, pidió al Congreso estadounidense que apoye «una vida mejor para los cubanos» y levante el embargo a la isla, al que calificó de « legado de una política fracasada».

En la actualidad existe la posibilidad de desplazarse entre EE.UU. y Cuba en vuelos chárter . De hecho, los viajes entre los dos países han crecido un 50%. Sin embargo, reservar plaza en ellos presenta complicaciones en ambas direcciones . Los cubanos deben soportar largas colas para hacerse con un billete, mientras que los estadounidenses deben mandar una serie de documentos e información a un agente de viajes por correo electrónico, ya que no se puede efectuar reservas por internet.

Gracias al acuerdo logrado las compañías aéreas podrán negociar ahora rutas con las autoridades cubanas para establecer vuelos regulares, al tiempo que se podrá seguir viajando en chárter. Según EE.UU., esto «facilitará un incremento en los viajes autorizados, ampliará las opciones del viajero y promoverá los lazos interpersonales entre los dos países».

El acuerdo para retomar los vuelos regulares se suma a otras medidas como el restablecimiento del servicio postal directo , la autorización para pagar con tarjeta bancaria en Cuba y medidas de cooperación en materia de lucha contra el narcotráfico y defensa del medio ambiente.

Permanece en cambio como principal escollo la negociación sobre las reclamaciones económicas mutuas , que se inició la semana pasada con una primera reunión en La Habana sin que se lograran progresos. En el caso estadounidense, se piden 8.000 millones de dólares por los bienes confiscados a empresas y particulares tras la revolución cubana, mientras que desde Cuba se exige por los perjuicios que han causado a la isla décadas de embargo .