Ramón Pérez-Maura - HORIZONTE
Frente a la cobardía de España
Como es habitual, Sánchez miente en el caso de Gibraltar
Ladybird es una editorial que marcó la infancia de varias generaciones de británicos y de quienes fuimos educados en su cultura. Recuerdo haber leído en mi niñez los libros dedicados a explicar lo que es una granja, lo que es una fábrica o ... lo que es el ferrocarril. Era una forma de despertar el intelecto de los niños.
La pequeña editorial original quebró y el sello Ladybird es hoy propiedad de Penguin Random House . La firma acaba de publicar un libro en una nueva colección de igual formato físico -sin duda buscan a sus cientos de miles de clientes de hace décadas- pero destinada a adultos. Se titula «La historia del Brexit». Los dos primeros párrafos del libro rezan como sigue: «Gran Bretaña es una isla orgullosa. Durante siglos estuvimos solos. Ahora volvemos a estarlo. Otros países, como Croacia y España, necesitan ser parte de Europa, porque ellos, claramente, son cobardes». Hay quien dice que el libro pretende ser irónico, pero a mí me falta capacidad para entender ese tipo de ironía. Ésta no es más que una muestra del callejón sin salida en el que el Reino Unido se ha encontrado este fin de semana.
Theresa May ha hecho la mejor negociación que se podía hacer para suicidarse con cierto honor. Ha sabido ver las debilidades de todos sus rivales. Especialmente las de España, que después de conseguir el Gobierno Rajoy que todo acuerdo sobre Gibraltar dependiera exclusivamente de España, May ha aprovechado el desbarajuste de Gobierno que padecemos en Madrid para arrancar en la negociación un acuerdo que ignoraba a España. En esas circunstancias Sánchez anunció ayer por la tarde que el Gobierno británico reconocía lo contrario de lo que había dicho la víspera. Un logro inmenso. Y que el Consejo Europeo y la Comisión Europea «refuerzan la posición de España como nunca lo había estado, de cara a futuras negociaciones». Como es habitual, Sánchez miente. La posición de España no es mejor que cuando se le dio en tiempos de Rajoy todo el poder sobre la negociación con Gibraltar. Pero como Sánchez no lo utilizó y ha dado a España un pobre resultado, ahora miente para justificarse.
Paseando este fin de semana por la ciudad de Bath, la indiferencia de la población británica ante lo que ocurría en Bruselas era evidente. El mercadillo de Navidad del viernes por la noche estaba especialmente activo ajeno a lo que éste acuerdo pueda representar. La edición de papel del algo europeísta «The Times» de ayer sábado no ofrecía en portada ni una línea sobre la negociación del Brexit. En cambio la portada del furibundamente euroescéptico «The Daily Telegraph» ofrecía tres noticias sobre el Brexit, entre ellas la de que el Partido Unionista del Ulster, cuyo apoyo necesita May para gobernar, ya dice que un Gobierno del laborista Corbyn no sería peor que el de Theresa May. Y son 87 los diputados conservadores que dicen que no apoyarán el acuerdo en el Parlamento.
Theresa May va a hacer lo que parecía imposible: abrir las puertas de Downing Street a un tipo de ultraizquierda. Y dar a Pedro Sánchez un argumento para que se envuelva en la bandera nacional y cubrir con ella su flagrante incompetencia. Para esto ha quedado el Partido Conservador británico.