La extrema izquierda alemana acelera el salto a la normalidad total

El presidente de Turingia, Bodo Ramelow, del partido de extrema izquierda Die Linke, ha anunciado que a partir del 6 de junio quedarán levantadas todas las restricciones

La canciller de Alemania, Angela Merkel EFE

Alemania mantiene ya solamente unas cuantas restricciones, relacionadas con las fronteras, del cierre de teatros, cines y gimnasios, además de la limitación de aforos en los establecimientos, la distancia social de metro y medio y el uso obligatorio de mascarilla en interiores. Pero en el ... este del país hay estados federados impacientes y cuyos gobiernos no consideran necesario prolongar más las medidas. Uno de ellos, el presidente de Turingia, Bodo Ramelow, del partido de extrema izquierda Die Linke, ha anunciado que a partir del 6 de junio quedarán levantadas todas las restricciones , que serán sustituidas por recomendaciones y recordatorios. Con 2.882 casos, apenas 118 nuevos en la última semana, y un total de 154 muertes, Ramelow justifica que «hemos demostrado el éxito de nuestra estrategia contra el virus y ahora el éxito radica en tomar medidas realistas y actuar cuanto antes». Su tesis es que los más desfavorecidos son también los más perjudicados por las restricciones y califica la limitación a la libertad de movimientos de la población como un «experimento de masas» por parte del Estado.

Turingia tiene 2,15 millones de personas. Es el quinto estado alemán menos poblado y apenas ha sufrido los efectos del COVID-19. Hajo Zeeb, del Instituto de Investigación de Prevención y Epidemiología de Leibniz, considera que uno de los factores decisivos han sido la edad, ya que casi una cuarta parte de la población de Turingia tiene más de 65 años . «A menudo asumimos que la edad es un factor de riesgo de enfermedades graves», explica, «pero al principio la propagación tendía a ser entre personas más jóvenes mientras que las personas mayores y menos móviles permanecían más fácilmente fuera de contacto». La pobre economía de Turingia y su carácter rural también han supuesto una ventaja. Con solo 132 habitantes por kilómetro cuadrado, se encuentra entre los menos densamente poblados de Alemania y, mientras en regiones más ricas, como Baviera, Baden-Wurtemberg y Hamburgo, los turistas alemanes trajeron el virus de estaciones de esquí de Austria, como Ischgl, en las vacaciones de invierno, Turingia quedó a la cola de las cadenas de contagio.

«Pero nada de esto justifica ahora abandonar las restricciones», critica el diputado socialdemócrata y epidemiólogo Karl Lauterbach, «Turingia está cuestionando las medidas a las que debemos todo el éxito en este momento y ese sí que es un experimento altamente peligroso». Florian Hermann, conservador, reprocha que Turingia vaya ahora a poner en peligro con su decisión a otros Bundesländer como Baviera, con un çinidce de infecciones significativamente más alto, pero Sajonia, la vecina oriental de Turingia, parece dispuesta a moverse en similar dirección. «Si el número de nuevas infecciones se mantiene estable en un nivel bajo, estamos planeando un cambio de paradigma a partir del 6 de junio», ha anunciado la ministra de Salud de Sajonia, la socialdemócrata Petra Köpping, siguiendo los pasos de Turingia, aunque reconoce que la decisión final no debería depender de los estados federados individualmente, sino que «debería decidirse conjuntamente a nivel nacional».

Puñetazo en la mesa

Durante toda la crisis sanitaria, el Gobierno ha mantenido videoconferencias semanales con los presidentes de los Bundesländer para unificar criterios y decisiones. En varias ocasiones, Merkel ha debido dar un puñetazo sobre la mesa para poner fin a tensas discusiones sobre el ritmo de la desescalada, pero ahora que Turingia anuncia que actuará por su cuenta, o quizá precisamente por eso, la canciller alemana ha suspendido esas reuniones virtuales, de manera que el desafío a la autoridad central no podrá ser escenificado en ese contexto.

«Para los ricos es fácil renunciar a ir a España o a Grecia este verano, porque podrán permitirse ir a las costas francesas del Mediterráneo, pero quienes no tenemos tanto dinero, nos quedaremos sin vacaciones y eso es injusto », dice Helga, jubilada de Jena que apoya la decisión de su presidente regional. Su hija, que vive en Erfurt y tiene tres hijos, ha aumentado su presupuesto familiar en unos 300 euros mensuales para la compra de mascarillas y geles desinfectantes obligatorios. «Esa cantidad no es nada para mucha gente, pero para ella es inalcanzable», se queja Helga, que protesta también en la radio local MDR por las trabas que se están poniendo a las empresas. «Amazon no tiene problemas, se está haciendo de oro, lo mismo que todas las grandes compañías que pueden vender por internet o que serán rescatadas por el Estado, pero en las pequeñas y medianas empresas está habiendo muchos despidos y hay ya mucha gente que no sabe cómo saldrá adelante», lamenta, «después de esta crisis los ricos serán más ricos y los pobres más pobres».

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios