Europa afronta la semana decisiva para salir del confinamiento por el coronavirus

Sin embargo, los gobiernos europeos siguieron remoloneando durante semanas y hasta que las cifras de muertes en sus territorios no alcanzaron proporciones realmente escalofriantes evitaron tomar medidas drásticas. Incluso cuando a finales de febrero el virus se propagaba ya a cientos de contagiados en Italia , se seguía considerando un disparate cerrar las fronteras. En España no se declaró el estado de alarma hasta el 14 de marzo, días después de las manifestaciones del 8-M y otros eventos multitudinarios, y la propia Francia celebró la primera vuelta de unas elecciones municipales el domingo 15 de marzo. Por entonces el premier Boris Johnson aún se negaba a restringir el libre movimiento de los británicos .

En la actualidad, cuatro países europeos -precisamente Italia, España, Francia y el Reino Unido- superan las 20.000 víctimas mortales y entre ellos suman más de 93.000. Eso con los datos oficiales, que suelen dejar fuera a miles de fallecidos fuera de los hospitales. Otros, como Alemania , tienen cifras menores gracias a una respuesta efectiva a base de test masivos y distanciamiento social.

En mayor o menor medida, las curvas empiezan a ceder y se abre camino una nueva fase, la de volver a algo parecido a la normalidad pese a que los contagios diarios se siguen contando en muchos casos por miles: libertad para salir de casa, regreso a las clases, reapertura de negocios... El mayor freno, el temor al rebrote de la epidemia por un desbloqueo prematuro.

Los alumnos de décimo curso del colegio bilingüe Friedensburg de Berlín vuelven hoy a las aulas. Es la avanzadilla, antes de la vuelta al cole general del 4 de mayo. Por grupos reducidos y con horario más corto de lo normal, asistirán a clases por turno en pupitres que respetan la distancia de seguridad y bajo estrictas normas para evitar contacto, que han obligado por ejemplo a regular el acceso al colegio: se entra por una escalera y se sale por otra, en el ala posterior del complejo.

Las guarderías y Kindergarten, con niños de hasta seis años de edad, siguen cerrados a excepción de «servicios de urgencia», para acoger a hijos de personas que necesariamente tienen que seguir trabajando o no lo pueden hacer desde casa, como personal sanitario o fuerzas de seguridad. A partir de hoy, además, es obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público y en espacios interiores, como cualquier tienda o dependencia oficial.

Con unos 150.000 contagios y casi 6.000 fallecidos , 12.000 de las 40.000 camas UCI de Alemania siguen vacías. Los establecimientos de hasta 800 metros cuadrados llevan ya una semana abiertos, bajo condición de cumplir con la distancia de al menos metro y medio entre personas, no dar acceso a más de un cliente por cada 20 metros cuadrados al mismo tiempo y evitar las colas en la puerta.

Algunos negocios optan por la cita previa a través de internet, otros por indicaciones de «Vuelva más tarde» en la entrada y también los hay que dan hora en la puerta para ser atendidos más tarde. Algunas grandes superficies han optado por cerrar al público parte de su superficie para poder abrir al menos 800 metros y han contratado personal extra para acercar a los clientes productos que normalmente buscarían pos sí mismos en un recorrido más amplio.

Negocios que exigen contacto físico como masajes, prostitución y peluquerías siguen estrictamente cerrados. La Policía alemana ha desmantelado este fin de semana dos peluquerías clandestinas instaladas en sendos sótanos de Baviera en los que «varias personas estaban siendo peinadas», según el comunicado oficial.

El sábado, agentes antidisturbios hicieron frente en Berlín a docenas de manifesntas que rechazaban las restricciones a la vida pública en Alemania.

Hace solo dos días, el ministro salud británico Matt Hancock salió a desmentir una publicación del diario «The Telegraph» en la que se afirmaba que Boris Johnson volvería este lunes a tomar las riendas del Gobierno tras haberse recuperado de Covid-19. No obstante, un portavoz de Downing Street confirmó ayer que la información era precisa: el premier está listo para volver a su puesto, que desde que fue ingresado el 5 de abril había sido ocupado por el ministro de Exteriores y primer secretario de Estado, Dominic Raab . Según la fuente oficial, Johnson está «ansioso por empezar», aunque ya aprovechó toda esta semana para ponerse al día sobre la situación del país.

Johnson regresará en un momento convulso en el que las críticas contra su Ejecutivo van en aumento desde varios frentes y cuando 20.732 personas han fallecido por causa del virus en los hospitales, lo que convierte al Reino Unido en el quinto país en superar el umbral de los 20.000 muertos , y a sabiendas de que el número real podría ser hasta un 50% mayor si se toman en cuenta los decesos en viviendas particulares y residencias.

Además, las quejas por la lenta respuesta del gobierno al inicio del brote y su supuesto coste en vidas humanas, la falta de test y la escasez de equipo de protección para los sanitarios, se unen a la exigencia de la oposición y de algunas voces dentro del Partido Conservador de que el Gobierno aclare cuál será la estrategia para salir del confinamiento en el que se encuentran desde el pasado 23 de marzo.

Durante las tres semanas que Johnson ha estado ausente, muchos han destacado la falta de un liderazgo claro dentro del Ejecutivo, que coincide además con la creciente frustración de la población por las medidas impuestas y sin tener una idea de cómo se van a suavizar ni cuándo; y con desconfianza sobre las decisiones venideras considerando que las metas anunciadas hasta ahora no se han cumplido. Por ejemplo, el Gobierno prometió que para finales de abril estaría realizando cien mil test diarios, pero a día de hoy no se ha llegado ni a la mitad.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte , explicó anoche en rueda de prensa que la fase 2 se iniciará el 4 de mayo , durante al menos dos semanas, «continuando con la distancia social de un metro, incluso entre familiares, para que no suba la curva epidémica». Las mascarillas serán obligatorias en los medios públicos.

Se permitirá la actividad motora alejándose del domicilio, así como el entrenamiento de atletas . Los parques se abren, pero con ingresos controlados. Se mantiene la autocertificación, al menos durante dos semanas, donde en un folio se hace constar nombre, dirección, destino y motivo del desplazamiento solo dentro de la región. Con ello se quiere evitar que, al relajarse las duras medidas, los italianos piensen que se puede reiniciar la vida anterior a la pandemia. Hasta ahora había tres motivos para justificar un desplazamiento (trabajo, salud y estado de necesidad), ahora se añade un cuarto: visitar a parientes cercanos, con mascarillas. Aún no se podrá ir a misa, pero sí celebrar funerales con hasta 15 personas, con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad.

El día 4 se iniciarán las actividades productivas, comenzando con empresas manufactureras, constructoras y el comercio al por mayor que surte a esos sectores. Las tiendas y pequeños comercios abrirán el 18 de mayo. Ese día lo harán museos, exposiciones y lugares culturales . El 1 de junio se abren bares, restaurantes, peluquerías y centros de estética. En algunas regiones habrá este lunes pequeñas aperturas de algunas actividades.

Emmanuel Macron anunció una «nueva fase» del confinamiento a partir del 11 de mayo. «Nueva fase, anunciada el 12 de abril, cuyo programa concreto, gubernamental, será presentado mañana por Édouard Philippe, primer ministro, abriendo un debate con todas las fuerzas políticas nacionales en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento francés.

La «nueva fase» será una «síntesis» presidencial de las opciones presentadas de todos los ministerios y el Consejo científico (contrario a la vuelta al colegio, prevista para la semana del 11 al 17 de mayo, con carácter «voluntario» para los padres).Se atribuye al proyecto gubernamental la apertura de colegios y guarderías de manera « escalonada ». El Estado se reserva un desconfinamiento centralizado, «teniendo en cuenta peculiaridades regionales».

La disyuntiva que se plantea ante el presidente Vladímir Putin y su Gobierno de cara al mes de mayo es complicada: seguir confinados y con pérdidas diarias millonarias o aliviar las restricciones con el riesgo que comporta de que se disparen los contagios. Esta crucial decisión deberá adoptarse esta semana, ya que las actuales medidas de lucha contra la pandemia se extienden solamente hasta el próximo 30 de abril inclusive.

La directora del órgano de control Rospotrebnadzor, Anna Popova, cree que la eliminación de parte de las restricciones será posible no antes de dos semanas. Según la prensa rusa, en la primera fase del desconfinamiento reanudarían su actividad salones de belleza, peluquerías, lavanderías, tintorerías, diversos tipos de comercios y talleres de reparación de automóviles.