«Esto no es una democracia»
Cerca de trescientos árabes israelíes permanecen detenidos por protestar contra la operación en Gaza, pero también hay 230 judíos. Luchan por los derechos de los palestinos, y a cambio son interrogados y encarcelados, y registran sus casas
«No quiero llamar a esto guerra porque es una agresión brutal de Israel contra los palestinos. No puede ser que haya más de 500 muertos y los israelíes no hagan nada, el gobierno no es el único responsable de lo que está pasando en ... Gaza. Si no paran este horror, cada uno es un asesino». La que habla no es la voz ajena que protesta desde una plaza de Viena o de París, tampoco una autoridad árabe satanizando otra vez la actitud de sus eternos enemigos. La voz es de una mujer, de nombre Keren Manor, israelí, judía y que ha estado hasta el domingo recluida en la cárcel de Glilot, al norte de Tel Aviv, después de que, el viernes por la mañana, la policía la detuviera por manifestarse ante una base aérea israelí con una pancarta que decía «Tenéis sangre en las manos».
Junto a ella, otros 18 compañeros, también israelíes, también judíos, y dos jóvenes extranjeras, eran llevados a la cárcel de Abu Khabir. Se habían tumbado en el suelo vestidos de blanco y manchados de rojo, simulando sangre, cuando los agentes les conminaron a irse, «y una vez de pie se nos llevaron -narra Keren-, con la acusación de ser elementos peligrosos, casi terroristas que ponemos en riesgo las acciones militares», y por las que han tenido que responder ante un juez. La casa de uno de los detenidos ha sido registrada y una de las extranjeras, de nacionalidad brasileña, sigue en la cárcel pendiente de deportación. «Es mentira que esto sea una Democracia», resuelve Manor.
Masivo apoyo a la guerra
Según reconoce la organización Centro de Información Alternativa, compuesta por civiles palestinos e israelíes, el 70 por ciento de los habitantes de Israel apoyan la guerra, aunque «el descontento es general». De ello -señala su director de programas, Sergio Yahni-, da cuenta el hecho de que, a la primera protesta que se convocó en Tel Aviv el sábado que comenzó la ofensiva, 27 de diciembre, acudieron mil personas. A la celebrada una semana más tarde, el sábado de la incursión terrestre, asistieron hasta diez mil.
En estas movilizaciones, explica Yahni, las incidencias han sido marginales. Pero otra cosa está siendo «la represión de la policía contra los estudiantes en las universidades, los árabes israelíes y organizaciones como Anarquistas contra el Muro -a la que pertenece Keren Manor-, señalada por organizar durante años manifestaciones en Cisjordania». A estos tres grupos pertenecen la mayoría de los 530 detenidos que, asegura Yahni, permanecen bajo custodia por participar en protestas estos días.
«El temor del Gobierno, -añade- es que se desencadene la desobediencia ciudadana, como en 2000, cuando se inició la sangrienta Segunda Intifada y hubo manifestaciones multitudinarias con trece muertos... Perdieron el control y esta vez sabemos que la Policía ha sido entrenada diez días antes de la ofensiva en Gaza para reprimir cualquier concentración».
«Siempre hubo grupos judíos en defensa de los palestinos -aclara el representante del Centro-, y saben que lo que ha empezado con protestas pequeñas va a crecer, porque la gente empieza a espantarse, empieza a perderse ya el foco de la operación, a notarse que están muriendo palestinos, y que aquí no se soluciona nada».
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