Entre Kiev y Odesa

Se mantienen casi inalterables tanto el cerco de Kiev como, y con especial virulencia, el asedio de la segunda ciudad del país, Jarkov. Por otro lado, que las tropas rusas hayan alcanzado el codo del Dniéper (Dnipropetrovsk-Zaporiyia) tiene particular importancia táctica. No solo se solidifica la 'línea de partición inicial de Ucrania' (Jarkov―codo del Dniéper- Jersón) sino que, además, esa zona sirve de apoyo para el potencial posterior embolsamiento de las tropas ucranianas al este de esa línea. Que en Zaporiyia esté ubicada una gran central nuclear es, simplemente, un valor añadido al objetivo terrestre. En su ocupación no parecieron darse mayores complicaciones, puesto que el efímero incendio (provocado, o daño colateral) declarado en instalaciones auxiliares no justifica, en modo alguno, la mediática 'alarma nuclear' desatada en Europa, y que hay que valorar como subproducto de la guerra psicológica.

En el sur, el correspondiente Ejército ruso ha ocupado la ciudad de Jersón, procediendo a los correspondientes reabastecimientos, refuerzos y relevos de las tropas desgastadas. Y ha iniciado un segundo periodo ofensivo en dos direcciones opuestas: hacia Odesa (en el oeste) y hacia Mariupol―Volvonaja (en el este). Mariupol, bañada por el mar de Azov, ha resistido bravamente los primeros embates rusos si bien, el hecho de estar cercada y muy próxima a la llamada república popular de Donetsk permite afirmar que las tropas rusas operan, entre Jersón y Rostov del Don (Rusia), casi sin solución de continuidad. O, en otros términos, que la franja litoral dominada por las fuerzas rusas ya solo permite a Ucrania el acceso libre al mar por la zona de Odesa.

En Odesa, la perla del mar Negro, de espectacular arquitectura decimonónica, Putin, al igual que sucede con Kiev, vuelve a encontrarse con un problema más allá de lo meramente operativo. Aquélla que fue fundada, a finales del siglo XVIII, por el almirante, de origen español y al servicio de Catalina la Grande, José de Ribas, es otra 'gloriosa' referencia de la Gran Rusia. No será fácil pues la decisión sobre su potencial arrasamiento. Pero no es descartable una operación anfibia al oeste de la ciudad para cercarla y 'fijarla' (en conjunción con el esfuerzo procedente de Jersón). Bien que tales operaciones, tan próximas a Moldavia y, sobre todo, a Rumanía, país miembro de la OTAN, podrían 'complicar' las cosas. Tal vez, Putin opte por congelar la amenaza sobre Odesa, reservándola como moneda de cambio, a la espera de unas 'negociaciones sucias' para finiquitar el conflicto.

Pedro Pitarch, 5 de marzo de 2022