Las empresas españolas congelan su actividad en Egipto
Las grandes compañías repatrían a la mayor parte de sus trabajadores nacionales
LUIS M. ONTOSO
La consigna parecía generalizada. Durante los últimos días no han sido los turistas únicamente los que se han agolpado en los aeropuertos egipcios con el propósito de abandonar el país, sumido en las revueltas y, sobre todo, en un escenario especialmente repudiado y temido por ... el mundo empresarial: la inseguridad, en todos sus frentes, incluido el económico.
Desde que empezaron los disturbios las compañías extranjeras que cuentan con proyectos en el país que retiene con uñas y dientes Hosni Mubarak han repatriado, casi al unísono, a la mayor parte de sus empleados. No es un punto y final. Ninguna de las empresas ha paralizado sus inversiones, pero, si no fuera por los trabajadores locales, muchas de las sedes y factorías de estas multinacionales habrían quedado desiertas.
En el caso de España, Egipto representa un mercado marginal. Las 16 compañías con operaciones en el país apenas cuentan, cada una, con plantillas de más de cinco trabajadores españoles. FCC, el grupo constructor y de infraestructuras presidido por Esther Koplowitz, fue de los primeros en dar la orden de salida. Cuatro trabajadores del área de servicios y aguas se apresuraron a abandonar El Cairo «hace días», según la compañía.
Gas Natural Fenosa anunció ayer que ha iniciado los trámites para devolver a España a los trabajadores que no desempeñan «puestos esenciales» en la planta de licuefacción de Damietta, una región situada a 60 kilómetros de la desembocadura del Canal de Suez. La compañía, que hizo hincapié en que la planta sigue funcionando «con normalidad» no especificó el número de repatriados, apelando a «cuestiones de seguridad».
Cepsa sí lo hizo: en total, cuatro personas contratadas en la división de exploración de hidrocarburos se marcharon del país africano el pasado domingo, el mismo día en que 12 empleados de Iberdrola se trasladaban a España desde Kuraymat, al norte del país, donde la compañía de Ignacio Galán se disponía a entregar a la autoridad nacional egipcia para la promoción de las energías renovables (NREA) una central termosolar.ACS, por su parte, confía en que en los próximos días regrese parte del personal asignado a diversas plantas termoeléctricas.
Además de las citadas, también están presentes, entre otras, Iberia, Cemex —cuyo director de operaciones en Egipto se ha negado a viajar, al contrario que su familia, ya en España—, Partner Hotels, Galaxia Tours y Gamesa.
La debilidad de la banca
Las empresas del sector energético y tecnológico podrían no ser las únicas perjudicadas por las turbulencias de la economía egipcia. Una situación que se ha materializado en la rebaja de un peldaño en la «nota» de la rentabilidad asignada por la agencia de calificación crediticia Moody's (que ha pasado a «Ba2» desde «Ba1»), decisión que puede erosionar el valor de las inversiones destinadas a la deuda soberana egipcia.
Las entidades financieras españolas están expuestas al país norteafricano en, como mínimo, 232 millones de dólares (170 millones de euros). En comparación con el resto de la banca mundial se trata de una cifra moderada, que representa tan sólo un 0,5% de los 49.275 millones de dólares concedidos en créditos (36.093 millones de euros), mientras que los bancos franceses y británicos reúnen un 35,6% (12.876 millones) y un 21,6% (7.807 millones), respectivamente.
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