Elecciones en Alemania
La extrema derecha consolida su presencia en el Bundestag
Aunque ha perdido dos puntos respecto a 2017, AfD, que se muestra muy satisfecho, es el partido más votado en el este de Alemania
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Iniciar sesiónLos alemanes han votado centro con gran claridad. El norte del país se inclina más por los socialdemócratas del SPD, mientras que el voto conservador, dividido, predomina en el sur y el este del país. Pero tras esa afirmación general, en el mapa ... de los resultados se aprecian significativas anomalías que denotan quiebras latentes y puntos de fuga de esa inmensa mayoría moderada. El más visible es la mancha azul turquesa que marca el dominio del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en los Bundesländer orientales. Aunque a escala federal quedó en el 10,3% de los votos, dos puntos porcentuales menos que en las elecciones de 2017, en buena parte del este de Alemania es el partido más votado.
Están descartados de cualquier coalición de gobierno y en un estado de aislamiento sin esperanza de remisión, pero consolidan su presencia en el Bundestag y siguen siendo un partido efervescente en los estados federados de Turingia y Sajonia , donde han defendido su posición de primera fuerza por encima del 20%. Además, al formar grupo parlamentario por segunda legislatura consecutiva, comenzarán a recibir fondos del presupuesto federal para su fundación, unos 70 millones de euros al año para la Desiderius Erasmus Stiftung, desde la que comenzarán a competir dentro y fuera de las fronteras alemanas en la batalla cultural con el resto de los partidos, que el año pasado se repartieron 550 millones de euros en este concepto.
«Estamos muy satisfechos con el resultado», resume la candidata Alice Weidel la valoración del partido, «nos daban una corta vida, se pronosticó que no duraríamos mucho en el Parlamento, pero se ha demostrado que tenemos una base de votantes sólida y constante».
Conservadores
En Baviera puede observarse otra falla. La placa tectónica de base conservadora presiona a los socialcristianos de Markus Söder , hasta ahora líderes indiscutibles. Freie Wähler (Votantes libres) aumenta sus votos en un 1,4% en la región, hasta superar el 4%, a costa de la CSU. El díscolo socio de gobierno de Söder no se privó de publicar en Twitter los sondeos a pie de urna embargados hasta las seis de la tarde antes de la hora permitida. El ministro regional de Economía, Hubert Aiwanger, no cabía en sí de gozo. «¡Gracias a nuestros votantes!», se adelantó a felicitar, «¡Ahora estaremos en más Parlamentos estatales, fortaleceremos las estructuras y la política de nuestro país!».
Este partido que surge de asociaciones localistas de corte conservador, nacionalista y que se nutre de redes cristianas, presume de cierto aire antisistema y desconfianza generalizada hacia el gobierno de Berlín y hacia el sistema político en general. Son muy pocas las regiones en las que se ha constituido como partido y en estas elecciones ha demostrado en Baviera que tiene un potencial dañino para los denominados 'Volksspartei', los grandes partidos . En Baviera han conseguido el 7,5% de los segundos votos, 4,8 puntos porcentuales más que hace cuatro años y celebran también éxitos respetables en Renania-Palatinado con un 3,6%, en Brandeburgo (2,6%) y en Sajonia (2,3%).
Negacionistas
En Baden-Württemberg, con un 1,9%, entra en liza la iniciativa originaria de Stuttgart Querdenken (pensamiento transversal ), que ha sacado a las calles decenas de miles de manifestantes contra las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia y que en primavera estuvo a punto de asaltar el Parlamento alemán, en un preocupante paralelismo con las imágenes del Capitolio impresas ya en la retina colectiva. Las primeras manifestaciones comenzaron en 2020. El lunes, el partido agradeció a sus votantes y confirmó que su compromiso en las calles «por el retorno a la democracia» continuará.
Surgen como setas los partidos minoritarios , como el Partido del Bienestar de los Animales, que aumenta un 0,6%; el partido satírico Die Partei, el Partido Pirata, el partido Volt o el Partido Todenhöfer, cuyo fundador Jürgen Todenhöfer militó en su día en la CDU y ahora camina por peligrosos desfiladeros de corte antisemita.
El hecho de que los partidos pequeños lo hayan hecho tan bien en general en estas elecciones es inusual. En la primera elección federal en 1949, los partidos minoritarios que aparecen en el recuento encuadrados en el apartado 'Otros', se llevó el 27,8% de los segundos votos, pero en los años siguientes la proporción disminuyó y solo ha comenzado a aumentar nuevamente desde el cambio de milenio. Aunque no ingresen en el Bundestag, no se van con las manos vacías. Cualquiera que reciba al menos el 0,5% de los votos en una elección federal o europea recibe subsidios financieros. Según el Ministerio de Interior, 45 céntimos cada año por cada euro que reciben en donaciones y 83 céntimos por segundo voto.
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