Los terroristas de las FARC liberan en Colombia a los diez rehenes más antiguos
La esperanza de una liberación de todos los secuestrados por la narcoguerrilla aún es una utopía
alejandra de vengoechea
Los diez rehenes más antiguos en poder de los terroristas de las FARC en Colombia ya están libres. Tras una operación que duró cinco horas, el Comité Internacional de Cruz Roja informaba de su liberación ayer a medianoche (hora ... española). Poco antes, en su cuenta de Twitter , la excongresista Piedad Córdoba , que ha seguido de cerca la liberación de decenas de secuestrados en Colombia, trinó: «Todos libres y no más secuestros. Lo que era una esperanza ya es una realidad». Los militares y policías liberados llegaron a bordo de un helicóptero al aeropuerto La Vanguardia de Villacencio (departamento de Meta, en el centro del país) visiblemente emocionados y aseados. Parte de ellos vestían sus uniformes y algunos se habían envuelto en la bandera colombia.
Las familias no pudieron acercarse a la pista; esperaron en una sala y después volaron a Bogotá
Mientras los liberados descendían del aparato que les rescató (un Cougar cedido por la Fuerza Aérea de Brasil y con rótulos de Cruz Roja Internacional) las familias les esperaban en una sala especial del aeropuerto, desde donde podían verlos. Las autoridades no permitieron por cuestiones de seguridad que se acercaran a la aeronave. Miembros de Cruz Roja y personal sanitario les ayudaron a salir del helicóptero, mientras que varias personas, pertenecientes a un colectivo que había luchado por las liberaciones, se fundían entre sollozos en un abrazo. Los uniformados fueron recibidos a pie de pista por el general de la Policía Nacional Orlando Vale, así como por el general Jairo Salguero, comandante de la IV División. Después partieron en un avión hacia Bogotá, donde serán sometidos a diversas pruebas médicas para verificar su estado de salud.
En el helicóptero que los rescató viajaban dos integrantes de Cruz Roja Internacional, organismo coordinador de la misión, acompañados por Piedad Córdoba y Olga Amparo Díez, directora de la Casa de la Mujer de Bogotá. Ambas son integrantes de movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz.
Aunque para Colombia es una ilusión ver salir vivos a los diez uniformados que más tiempo han permanecido secuestrados en la selva, la esperanza de que liberen a todos los rehenes aún es una utopía. Hace un par de meses las FARC, la guerrilla más antigua del continente, se comprometió a no hacer más secuestros , lo que se interpretó como un mensaje para empezar a negociar la paz. Al revisar las cifras, sin embargo, la realidad es la siguiente: según las FARC, solo 68 están en su poder. Según la ONG País Libre, hay 405 secuestrados por las FARC y otras guerrillas y grupos de delincuentes.
La familia de Arcia ha redecorado su cuarto, pero se pregunta: «¿Le gustará? ¿Quién será ahora?»
Las historias de liberaciones y secuestros en Colombia son dolorosas. Muchos de los soldados y policías que han sido liberados se han suicidado y otros no han podido reconstruir sus vidas. Los secuestrados famosos, como la excandidata presidencial Ingrid Betancourt , han terminado fuera del país rehaciendo sus vidas. En la actualidad, estudia Teología en Oxford, se separó de su marido y escribió un libro.
Por eso la angustia de los familiares de los liberados esta semana es grande. Saben que una cosa es tenerlos cerca y otra mantenerlos con esperanzas para vivir. Usualmente llegan mal y no pueden recuperarse .
Griselda Medina , de 65 años, ha esperado más de diez años el retorno de su hijo, el policía Wilson Rojas Medina , de 42 años, en cautiverio desde julio de 1999. «No importa que sea hoy o el miércoles porque si se espera una eternidad otro día es lo de menos», afirmó. «Lo que más me preocupa es qué voy a hacer después». Por eso la fiesta de bienvenida para cada uno es especial.
La familia de Luis Arturo Arcia , por ejemplo, secuestrado el 3 de marzo de 1998 cuando tenía 27 años, le compró un juego de cama, colchón y almohadas nuevos. Todo está decorado de blanco para cuando llegue. «¿Qué le gustará...? ¿Quién será ahora?», se preguntaban.
Comilona de bienvenida
A José Libardo Forero , sargento de la Policía secuestrado el 10 de julio de 1999, su familia le ha preparado una «comilona» que les costó 500 dólares. «Queremos llevarlo a nadar, que era lo que más le gustaba».
A Jorge Humberto Romero , intendente de la Policía secuestrado el 10 de julio de 1999, lo esperan con una orquesta. Su hermano Óscar le compró un moderno teléfono móvil. «Cuando él se fue, esa tecnología no existía», contó.
Durante meses, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recopiló fotos de sus allegados para que los liberados no duden de que el sueño de volver a casa es cierto. Muchos tienen hijos que dejaron bebés y hoy son adolescentes , mujeres que ya no están, padres que dejaron vivos y hoy están muertos.
El intendente de la Policía Carlos José Duarte , secuestrado por las FARC en 1999, no conoce a sus hijos. Cuando lo secuestraron, su hijo Carlos Andrés tenía solo nueve meses. «Son etapas muy diferentes: yo quiero revivir los recuerdos que tengo de mi papá, en cambio él [Carlos Andrés] quiere empezar a vivir con su papá», explicó Jennifer, la mayor. «Antes de cumplir seis años entendí lo que le había pasado a mi papá. Yo antes sabía que él no estaba, pero pensaba que estaba de viaje», contó. « Tengo un sentimiento raro de volverlo a ver . Lo voy a conocer y guardar en mi memoria por primera vez», remató.
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