Daesh mata a 83 personas y hiere a 200 en su peor atentado contra Afganistán

El presidente del país, Ashraf Gani, aseguró en un comunicado que entre los fallecidos y heridos hay «miembros de las fuerzas de seguridad y defensa» que se encargaban de vigilar la marcha. Sin embargo, la mayoría de las víctimas son civiles.

Además, en la nota. el mandatario también destacó que «celebrar protestas es el derecho de cada ciudadano de Afganistán y el Gobierno pone todos sus esfuerzos en proporcionar la seguridad, pero los terroristas entraron entre los manifestantes y llevaron a cabo las explosiones».

El ministerio aseguró que «de acuerdo con la información inicial, tres suicidas con bombas cometieron el ataque. Uno detonó su chaleco explosivo, el segundo falló en su intento de hacerlo estallar y el tercero fue abatido por las fuerzas de seguridad afganas».

El ataque se produjo en la zona de Dehmazang de la capital afgana y las reacciones no se hicieron esperar. Los talibanes se apresuraron a desmentir que ellos fueran los responsables de la matanza. El portavoz de los radicales Zabaiullah Mujahid aseguró en su cuenta oficial en Twitter que este grupo no estaba involucrado en la acción. Incluso, aseveró en la red social: « Condenamos cualquier ataque que cause división (...) Es algo que beneficia al enemigo ».

Más tarde, el autodenominado Estado Islámico reconoció la autoría del atentado. Lo hizo a través de la agencia Amaq, vinculada a ellos. « Dos combatientes del Daesh detonaron cinturones con explosivos en una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul», rezaba el escueto mensaje difundido por el grupo terrorista.

El atentado tuvo lugar durante una manifestación de miles de afganos, la mayoría hazaras , que discurría entre fuertes medidas de seguridad en protesta por un proyecto eléctrico del Gobierno que excluye a una provincia de esta minoría, de la rama islámica chií.

Con banderas afganas, paraguas para protegerse del sol y pancartas con el lema «No nos eliminéis», la manifestación convocada por el denominado Movimiento Visionario recorrió varias avenidas de la ciudad en un trayecto que las autoridades habían cercado con la colocación de grandes contenedores. «Queremos Justicia» y «Muerte a la discriminación» fueron algunos de los eslóganes coreados contra el proyecto que prevé una línea eléctrica de 500 kilovatios desde Turkmenistán a Kabul y que iba a discurrir por la provincia hazara de Bamyan antes de ser modificado.

La marcha transcurría con normalidad y ya se había dirigido al palacio presencial. El dispositivo de seguridad impidió el paso sin que se produjeran incidentes.

Según fuentes oficiales citadas por el canal de televisión afgano Tolo, el ataque tuvo lugar hacía las 14.30 hora local (10.00 GMT) cuando los manifestantes se reagrupaban en la zona de Dehmazang y fueron tres los atacantes , aunque solo uno logró detonar los explosivos que llevaba.

Además del presidente Gani, organizaciones como Amnistía Internacional han condenado esta acción. La Unión Europea (UE), por su parte, quiso dejar claro que estaba junto a las autoridades de Afganistán en la lucha contra el terrorismo, e instó a todos los afganos a permanecer unidos en este esfuerzo.

«Trasladamos nuestras condolencias a las familias y a los amigos de las víctimas y expresamos nuestra solidaridad con los afganos», señalaron en un comunicado los portavoces de Federica Mogherini, la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

«Estamos con las autoridades afganas en la lucha contra el terrorismo e instamos a todos los afganos a permanecer unidos en apoyo a los esfuerzos para combatir esta amenaza global», añadieron los responsable de la diplomacia europea.