Controversia sobre el posible pago de un rescate para la liberación de las niñas secuestradas en Nigeria
Las 279 menores han sido puestas en libertad, según el Gobierno del país
Tras una semana de incertidumbre, las autoridades nigerianas anunciaron este martes la liberación de las 279 niñas secuestradas en un colegio del estado de Zamfara , en el noroeste del país, por uno de los grupos armados que operan en la zona . « ... Pido a todos los nigerianos bienintencionados que se alegren con nosotros porque nuestras hijas están a salvo», reclamó el gobernador, Bello Mattawalle , a través de un mensaje en Twitter. Por su parte, el presidente, Muhammadu Buhari , también festejó la noticia, celebrando que genera «una alegría arrolladora». Sin embargo, las dudas sobre el procedimiento con el que se ha conseguido la liberación de las pequeñas, posiblemente mediante el pago de un rescate que ha ido a parar a manos de los culpables de los hechos, ha opacado el optimismo general.
«Con el dinero que consiguen de los rescates, los grupos violentos s iguen comprando armas y equipamientos », denuncia Gloria Sevilla , una nigeriana que creció en Andalucía y que actualmente trabaja en su país de origen, con la ONG Mujeres Entre Mundos . «La corrupción política es general en el país, no solo en el norte. Luego, la situación de las niñas varía por zonas, pero no hay muchas diferencias en general. Todas sufren desigualdad , falta de información, de educación y pobreza. Las mujeres y las niñas no son valoradas y no tienen su sitio en la sociedad», denuncia.
Para esta trabajadora social, con los secuestros, aparte de la ganacia económica , los grupos armados persiguen dos fines fundamentales: hacer el máximo daño posible, atacando a menores de edad, y también evitar que las niñas puedan realizar sus estudios. A todos esos problemas, se suma la violencia sexual , a la que suelen estar expuestas desde su juventud más temprana: «Una niña no puede pasear por la calle tranquilamente. Los propios padres las echan de casa si sufren una violación, porque dicen que ellas son las culpables, por la manera en que se visten».
«Las niñas suelen ser las dianas de los ataques. En términos de educación, incluso los hombres tienen más facilidades para estudiar», lamenta también Richard Mbong , compañero de Sevilla en la misma ONG.
Boko Haram, debilitado
En abril de 2014, la situación de las niñas nigerianas acaparó atención mundial tras el secuestro masivo de Chibok , en el estado de Borneo, al noreste del país. Ese mes, el grupo terrorista Boko Haram , sustentado ideológicamente por el islamismo radical y la violencia más descarnada, secuestró a 274 menores, despertando interés internacional y una campaña con rostros conocidos exigiendo la liberación de las jóvenes. Como se supo luego, la suerte de las víctimas varió mucho de un caso a otro. Algunas lograron escapar de sus captores y otras fueron liberadas más tarde, a veces embarazadas o tras haber dado a luz.
A diferencia de entonces, los responsables del secuestro en el estado de Zamfara no han sido los terroristas de Boko Haram , ahora muy debilitados y recluidos en la cuenca del río Chad, sino grupos violentos que se mueven por intereses económicos, más que religiosos o ideológicos . Así lo explica Dagauh Komenan , historiador especializado en África, que también recuerda que la región suele verse afectada por sucesos de este tipo: «En el norte de Nigeria , falta un verdadero control estatal fuerte. Es una de las zonas más intestables del continente, donde hay grupos terroristas y armados que siembran el terror, sobre todo tras la caída de Gadafi en 2011», apunta.
Para el especialista, la hundimiento del régimen libio fue el verdadero origen de la inestabilidad que padece el Sahel , donde grupos armados y terroristas campan a sus anchas, poniendo en jaque la seguridad de la región. Con anterioridad, esas milicias ganaban dinero mediante los secuestros, una actividad que les permitió acumular un capital que luego, con la proliferación de armamento causada por la guerra en Libia , emplearon en comprar armas y ampliar sus actividades, mediante la conquista territorial. «Antes solo se escondían en el desierto», denuncia.