La congresista tiroteada ya respira por sí misma, aunque continúa en estado crítico

«Hay un 101% de posibilidades de que sobreviva», explicó el doctor Rhee, que añadió que Giffords «no va a morir. Yo no le he dado permiso». El neurocirujano Lemole recordó la gravedad de la herida: «Debemos adaptarnos a su ritmo de recuperación, día a día, semana a semana», indicó. En el parte médico diario, Rhee informó de que permanecen hospitalizados por el tiroteo seis pacientes: Giffords en situación «crítica», otros tres «graves» y los dos restantes bajo control. Lemole explicó que el hecho de que el estado de salud de Giffords no haya registrado «cambios» es una buena señal, y que «por frustrante que pueda parecer», la no existencia de cambios «es una buena cosa».

El doctor confirmó que la congresista, de 40 años, había intentado quitarse el tubo de respiración, un esfuerzo que calificó de positivo. «El hecho de que sea capaz de percibir esa incomodidad y reaccionar significa que su cerebro funciona a un mayor nivel», explicó el neurocirujano, que insistió en que aún existe riesgo de infección e inflamación en el cerebro de la congresista.

Los padres de Jared Loughner , el detenido como sospechoso de ser el autor del tiroteo en un centro comercial de Arizona, aseguran estar «destrozados» por la acción de su hijo, y su madre «no hace más que llorar en la cama», según declararon varios vecinos a los medios. «En qué hemos fallado» es la pregunta que no dejan de hacerse los padres del joven, según indicó a una cadena de televisión Wayne Smith, vecino de los Loughner.

El presunto autor del tiroteo, de 22 años, compareció el lunes ante un juez acusado del asesinato de seis personas y de herir a otras 14, entre ellas a Giffords, al disparar indiscriminadamente en un acto público de la congresista en Tucson, en Arizona.