Con un par

Las periodistas iberoamericanas de WINN eligieron otro modo de rendir homenaje a la mujer trabajadora (que somos todas, hasta las vagas): un poema de Mario Benedetti. Leído con diferentes acentos, declamaron: «No te rindas», una pieza maestra del uruguayo más tímido que conocí. A esa hora, ABC.es publicaba una entrevista, histórica y vibrante, con Marichari González-Vegas, primera periodista en formar parte de la plantilla de una redacción, donde todos los ojos que la observaban y rodeaban, eran de hombres (tenía una figura espléndida y una belleza en el rostro que «rajaba la ierra»).

ABC le pagaría a Marichari lo mismo que al resto de sus compañeros: 12.000 pesetas al mes. Aquello provocó una revolución en las pocas colegas que trabajaban en diarios de la época como ‘Ya’ y obligó a la competencia a equiparar los sueldos. Periodista de raza, Marichari le contó a Almudena Martínez Fornés que hoy, 50 años después, si pudiera, haría campaña para que las empleadas domésticas cobren el paro. Ella, una vez más, puso el dedo en la llaga de ese sector del feminismo más preocupado por las formas que por el fondo.

Sergei Melik-Bagdasarov, embajador ruso en Venezuela, intentó ser lo que no es. Armado con un gran ramo de flores se hizo un vídeo . «Esto para las queridas, nuestras preciosas. Abrazos enviamos. Tan lindas, hermosas. Amor deseamos. Las felicitamos, nuestras queridas señoras y señoritas». Resulta gracioso de tan ridículo pero menos dañino que un príncipe de papel y espinas como Harry.