Los ataques de piratas se triplican en el Índico

A su vez, se percibe un incremento en la violencia empleada durante los abordajes, ya que de las 76 agresiones globales que utilizaron armas de gran calibre en 2008, se ha pasado a más del doble: 176.

De igual modo, 34 buques han sido secuestrados este año en Somalia (seis de ellos todavía permanecen en manos de los piratas), con 661 tripulantes tomados como rehenes y seis muertos.

Pero lo cierto es que, como señala el informe, el monopolio de la violencia empleada en aguas del Índico, núcleo principal de la piratería, no se limita tan sólo a la empleada por los piratas somalíes. El pasado mes de abril, tres disparos de los francotiradores de las fuerzas especiales de la Marina estadounidense -los Seals- acabaron con la vida de otros tantos piratas que mantenían secuestrado al capitán de navío estadounidense Richard Phillips. De igual modo, y en el mismo mes, dos secuestradores y un rehén fallecieron durante la operación del Ejército francés para liberar a uno de sus veleros.

De momento, la actividad de los piratas somalíes se limita a los 3.000 kilómetros de costa que se extienden desde el Golfo de Adén hasta las islas Seychelles. Sin embargo, el fin de la temporada de monzones podría provocar un incremento en su radio operativo. Aunque su «modus operandi» seguirá siendo el mismo.

Piratas especializados

Desde una «nave nodriza», en permanente contacto vía satélite con sus centros de operaciones de Londres o Moscú, se informa al resto de embarcaciones -pequeños esquifes de entre 4 y 6 piratas- de la ruta de los posibles candidatos a ser abordados. En buena parte de los casos, los bucaneros -no sólo somalíes, también yemeníes- disponen de pleno conocimiento tanto de la bandera como del cargamento del buque.

Una reciente especialización que, dado los paupérrimos éxitos de la operación Atalanta -la misión de la Unión Europea dedicada a la represión de los piratas somalíes- ha obligado a las naciones implicadas a tomar medidas disuasorias alternativas.

La pasada semana, el presidente somalí, Sharif Cheij Ahmed, aseguraba que a partir de ahora delegará la seguridad de sus aguas a la compañía estadounidense «CSS Global». Una tendencia, el uso de mercenarios extranjeros, que ya se empieza a percibir entre los principales perjudicados: los marineros.

Mientras que Francia y China permiten embarcar a infantes de Marina en sus buques, gobiernos como el español lo impiden. Una circunstancia que para algunos analistas podría haber evitado el secuestro del buque español «Alakrana».

De igual modo, el Gobierno de Seychelles -lugar donde se encuentra uno de los principales centros de lucha contra la piratería- anunciaba ayer la donación recibida por parte de la Administración estadounidense de varios aviones espía no tripulados que contribuirán a vigilar las aguas del Índico.