Joe Arpaio, «el sheriff más duro de América», busca recuperar su estrella
A sus 88 años, el azote de la inmigración ilegal en Arizona trata este martes de volver a su antiguo puesto
Javier Ansorena
En 2002 el sheriff Joe Arpaio , el brazo de la ley en el condado Maricopa, el más poblado de Arizona , pudo presentarse a gobernador de ese estado del suroeste de EE.UU. Las encuestas previas le daban favorito. Pero prefirió seguir ... como sheriff , un cargo en el que llevaba desde 1992 y en el que se quedó hasta 2016. «Quiero morir como agente de policía», dijo entonces. A sus 88 años, parece dispuesto a cumplirlo. Arpaio, que se bautizó a sí mismo como el « sheriff más duro de América», se juega hoy recuperar su estrella en las primarias que celebra Arizona. Busca ser el candidato republicano a sheriff con el mensaje de siempre: mano dura contra los criminales y retórica antiinmigrante.
Arpaio lo tendrá difícil para ganar hoy las primarias. Hay tres contendientes, entre ellos Jerry Sheridan, que fue su segundo en la oficina del sheriff y con el que va empatado en las encuestas. Si consigue ganar, en noviembre será todavía más complicado, cuando se enfrente al demócrata Paul Penzone, el sheriff en el cargo y quien le sacó del puesto en 2016.
Penzone ha buscado dar la vuelta a las prácticas que Arpaio impuso durante 24 años como sheriff, desde las tácticas discriminatorias contra hispanos hasta la llamada «Tent City», una expansión de la cárcel del condado en Phoenix , la principal ciudad del estado. Montada con tiendas de tela, fue muy criticada por las duras condiciones para los presos en pleno desierto de Arizona.
Presos encadenados y sin café
«Quiero volver no solo porque perdí», dijo en una entrevista con «The New York Times» en referencia a la derrota de 2016, «sino porque muchas cosas desaparecieron cuando yo me fui. Tiraron las tiendas, lo tiraron todo. Si hay un momento en la historia para que regrese un sheriff como yo, es ahora, con todo este caos».
Joe Arpaio, hijo de inmigrantes italianos, ha dedicado toda su vida al cumplimiento de la ley. Fue policía en Washington y en Nevada antes de entrar en la policía antidroga, de la que dirigió durante años su oficina en Phoenix.
Cuando consiguió el puesto de sheriff en 1992, su dureza ganó fama en todo el país: prohibió el café y las películas en la cárcel del condado, obligó a los presos a llevar ropa interior rosa y que las sábanas en las celdas fueran del mismo color, reclutó un ejército de voluntarios para patrullar contra la prostitución y el hurto, recuperó la práctica de llevar a los presos encadenados…
Arpaio, asediado por demandas contra sus prácticas discriminatorias con hispanos , perdió la elección de 2016, el mismo año en el que apoyó con fuerza a Trump en su ascenso al poder. El multimillonario neoyorquino le correspondió con su primer perdón presidencial, poco después de entrar en la Casa Blanca, y le libró de una condena de cárcel de seis meses por desacato a la orden judicial de acabar con esas prácticas discriminatorias.
Ahora una foto enorme de él y Trump recubre su caravana electoral, pero ambos se enfrentan a un cambio electoral en Arizona. La mayor participación del voto latino y la moderación del voto suburbana podría afectarles.
Arpaio podría quedarse sin estrella y Trump, sin un estado que los republicanos han ganado siempre desde 1952, con la excepción del segundo mandato de Bill Clinton en 1996.
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