Arián González, el ajedrecista liberado en Cuba: «pienso seguir denunciando»
Llegó a la isla caribeña a principios de julio para ver a su madre, pero su tranquilidad saltó por los aires tras ser detenido el pasado 12 de julio
Lorena R. de la Torre
El gran maestro del ajedrez y abogado hispano-cubano, Arián González, recientemente detenido y encarcelado por el régimen castrista en Cuba en las manifestaciones del 11 de julio, respira algo más tranquilo, ahora que vuelve a estar con su familia después del calvario sufrido. «Finalmente ... me pusieron una multa administrativa y el caso no llegó al ámbito judicial», resume horas después de su liberación.
Arián llegó a la isla caribeña a principios de julio para ver a su madre, pero su tranquilidad saltó por los aires tras ser detenido el pasado 12 de julio durante las protestas pacíficas. «Me golpearon», clama. De allí, pasó a los calabozos de la comisaría de Camajuaní hasta su posterior ingreso en la prisión de La Pendiente, donde hizo huelga de hambre y sed.
Finalmente, el Ministerio de Interior resolvió el proceso con una multa de 2.000 pesos cubanos (cerca de 70 euros). «La presión internacional que se hizo fue inmensa, por eso estoy libre», reflexiona Arián.
Aunque ya puede regresar al país, Arián prefiere quedarse en Cuba de momento. Quiere ayudar y atender a su madre, que es diabética, antes de volver a España, viaje que ha planificado para agosto. «Otra cosa será que me dejen volver a Cuba a ver a mi familia y cómo». Desde su casa, es consciente de que muchos amigos «no corrieron la misma suerte».
La detención del ajedrecista sacudió el panorama internacional. Cientas de personas exigían su liberación desde todos los sectores: la cultura, la música y, en su caso, también del mundo del ajedrez y la abogacía. Una de las voces más significativas, fue la del excampeón Garry Kasparov, pero también se pronunció Silvio Rodríguez, además de otros.
Arián fue detenido cuando participaba en las protestas que sacuden a la isla, provocadas por la crisis económica y sanitaria que sufre el país, así como por la falta de libertades. Pese a lo vivido, no se arrepiente de lo que ha hecho. «Sentí un golpe y me quedé aturdido», recuerda. Minutos después, las autoridades militares procedieron a inmovilizarle de una forma «muy agresiva». «Me esposaron y me llevaron al calabozo», explica.
Ese mismo día fue trasladado al centro policial de Camajuaní, donde permaneció hasta su posterior traslado a prisión. De su paso por la comisaría, se muestra convencido de que la actitud de ellos «cambió» cuando vieron que tenía DNI español. Arián consiguió ser asistido por un abogado penalista.
Sobre la situación vivida durante el tiempo que permaneció recluido, rememora que el trato fue denigrante. «Me desnudaron, me revisaron todo lo que llevaba». Además, tuvo que compartir una celda de dos metros cuadrados y dormir en el suelo. «La higiene era pésima, había mucho hacinamiento y no había agua, en las celdas sólo había colchones, que tenían ladillas», relata.
Ya en la prisión, pudo ver a otros manifestantes que como él fueron apresados durante las protestas. «Al menos había unas cincuenta personas, solo de mi provincia». Cincuenta «compañeros muy orgullosos de lo que hicieron», asegura.
Con todo, Arián no vislumbra una solución en Cuba, pues «sigue habiendo la misma escasez, el mismo desabastecimiento». «Lo que se ha visto estos días en Cuba ha sido escandaloso», proclama.
¿Cuál es la situación en Cuba en este momento?
La situación es de calma tensa. Hay la misma escasez, el mismo desabastecimiento, algo que el régimen está intentando controlar con prebendas, aunque no me cabe ninguna duda de que esto va a estallar de nuevo. La situación de los alimentos y de las medicinas es caótica, tenemos una verdadera crisis humanitaria y hay mucho desencanto. Pero también veo a muchos compañeros orgullosos de lo que hicieron, de todas las ideologías. Espero que esto sirva para abrir los ojos sobre lo que está pasando en Cuba. Resulta contradictorio que, por un lado, Cuba sea inmensamente fértil en alimentos y que tenga un clima húmedo, pero que cada día haya más escasez de alimentos.
¿Temió por su situación y por la posibilidad de acabar en prisión?
Mi preocupación desde el primer momento fue mi madre. La presión que se hizo fue inmensa y recularon. Finalmente, el régimen decidió ponerme una multa administrativa y la pagué.
Desde el primer momento, ha lamentado la falta de apoyo del Gobierno de España, ¿sigue opinando lo mismo?
El Gobierno de Sánchez no se implicó lo suficiente, se ha quedado a medias. En Madrid y en España viven el sobrino de Fidel Castro y otros represores y millonarios de la mafia castrista. Me gustaría saber si el gobierno de España piensa actuar contra estos corruptos. En mi opinión, todas esas personas deberían ser investigados por blanqueo de capitales y por corrupción.
El propio Kasparov criticó la falta de respuesta del Gobierno.
Sin duda, fue el primero que criticó al gobierno de España. En los vídeos se puede ver que hubo detenciones violentas. Recientemente, escuché a Borrell condenando al régimen. Pero para mí no es suficiente. Hay que pedir la libertad de todos los presos políticos, sin condiciones. Si esto no sucede, lo único que se consigue es sembrar dudas respecto a qué es una democracia.
Diversos colectivos apuntan a que hay cientos de detenidos o desaparecidos tras las protestas contra la dictadura en Cuba.
E irá a peor. A mi amigo, Alexander Rodríguez Cárdenas, que es del pueblo de Sitiecito, de Sagua, en la provincia de Villa Clara, le condenaron en un juicio sumario a un año de prisión por expresarse desde la azotea de su casa, pese a que hizo mucho menos que yo. Otros están desaparecidos o han sido condenados. Hay muchas familias que no saben dónde están los suyos, entre ellos, menores de edad y también pastores evangelistas y religiosos, como es el caso de Cárdenas. El problema es que hay tan poca transparencia que no se sabe a ciencia cierta cuántos desaparecidos hay o dónde están. Cuando hay revueltas, cortan Internet. Tienen el monopolio de las comunicaciones, pero sabemos que hay encarcelados muertos, reconocidos por el Oficialismo. Es todo una mafia, los propios jueces son amenazados y coaccionados.
¿Ve factible un cambio en Cuba entre las nuevas generaciones?
Mucha gente está abriendo los ojos, está viendo que no hay futuro en este país y que solo les queda el exilio. Yo confío en que esa chispa se mantenga encendida. El régimen cubano, si no quiere verse envuelto en situaciones peores que tenga que lamentar, debería recular y favorecer una sucesión pacífica. Ojalá esto sirva de punto de inflexión.
¿Seguirá posicionándose con la situación en Cuba?
Mi objetivo principal era dar voz a lo que está pasando en Cuba y estoy orgulloso de lo que hice. Creo que lo conseguí: pude apoyar a todas las personas que se están manifestando contra el régimen, y, por otro lado, también pude dar a conocer la situación que se vive en la isla. Tengo claro que ni soy activista ni político. Pero pienso seguir posicionándome y denunciando lo que no me guste cuando lo crea necesario, como cualquier ciudadano.
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