El frenazo de China muestra los límites de los países emergentes

El problema es que los chinos no están gastando como se esperaba porque todavía deben ahorrar buena parte de sus exiguos salarios para costearse la sanidad y la educación de sus hijos, que, en teoría, son gratuitas pero en las que hay que desembolsar grandes sumas de dinero para obtener servicios de calidad.

A la caída de las exportaciones por la lentitud de la recuperación mundial tras la crisis, que ha agravado la ralentización de la economía china, se ha sumado el reciente estallido de la burbuja bursátil, que ha obligado al autoritario régimen de Pekín a intervenir para impedir que siga cayendo. Ante las dificultades para cumplir el objetivo de crecer este año al 7 por ciento, su nivel más bajo desde 1990, las autoridades han optado por devaluar su moneda para fomentar las exportaciones y relanzar la economía.

Pero no es la locomotora china la única que se resiente. Las otras potencias emergentes también dan síntomas de agotamiento. El conocido como bloque de los BRICS pierde fuelle y sus integrantes verán previsiblemente ralentizado su crecimiento en 2015, como la India, o sufrirán una significativa caída de su Producto Interior Bruto, como Brasil o Rusia , los más castigados en la nueva coyuntura.

En el caso de la Federación Rusa, el Banco Mundial prevé una caída del PIB de nada menos que un 2,7% al final del año. Será la confirmación de la tendencia negativa iniciada en el verano de 2014. La economía rusa, la quinta más grande del mundo, vive sobre todo de las exportaciones energéticas y el persistente descenso en el precio del petróleo la está lastrando gravemente. Las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por la actuación del Kremlin en el conflicto en Ucrania , por más que el presidente Putin las desprecie con gestos de afirmación nacionalista, agravan la situación del gigante ruso.

También sufre Brasil. El hasta ahora imparable coloso brasileño frenó en seco el año pasado con un exiguo incremento del PIB de un 0,1% después de haber registrado un 2,7% el año anterior. El poderío exportador de la principal economía del área iberoamericana flaquea y las inversiones empiezan a retraerse en un país inmenso pero en el que la corrupción y el exceso de burocracia siguen siendo una rémora para la actividad económica. Así, el Banco Mundial prevé para 2015 una caída del PIB del 1,3%, otro nubarrón en el horizonte político de la presidenta Dilma Rousseff y el gobernante Partido de los Trabajadores.

India y Sudáfrica no dejan de crecer a niveles inalcanzables para economías más desarrolladas, pero sufren una notable desaceleración. India sigue descendiendo de la cota de crecimiento del 7,4% que llegó a alcanzar en 2013 y continúa sin corregir problemas endémicos como sus insoportables niveles de pobreza.

Sudáfrica, por su parte, no ha acertado a mejorar la falta de cualificación de su mano de obra y sigue ceñida a la exportación de metales como el oro y otras materias primas. Pese a ello, su curva es la única entre los países emergentes que remontará en 2015.