Nuevas fricciones entre Bogotá y Caracas por el avión que sacó a González de Venezuela

Pero la explicación del presidente Santos sonó a cortina de humo en medio de la crisis por la que atraviesa el proceso de paz con la guerrilla de las FARC . Mientras negocian en Cuba, diálogo que ya lleva casi tres años, los colombianos empiezan a perder la paciencia con los rebeldes negociando allá y atacando acá. El pasado fin de semana, sin ir muy lejos, los rebeldes detuvieron 23 tanques que transportaban petróleo en la provincia sureña del Putumayo y derramaron 130.000 galones de crudo en la zona. Los daños ambientales son fuertes. Afectaron comunidades y fuentes hídricas importantes. «Estos atentados no llevan a nada sano. Es muy difícil para un ciudadano y para el Gobierno Nacional entender estas atrocidades que están cometiendo las FARC», dijo el Ministro del Medio Ambiente, Gabriel Vallejo.

González había llegado a Caracas el pasado domingo con el objetivo de respaldar a los políticos presos del vecino país, con el que Colombia comparte una turbulenta frontera de más de 2.000 kilómetros. Aunque González logró entrevistarse con las familias de encarcelados y con dirigentes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), no pudo reunirse con los dirigentes presos Leopoldo López y Daniel Ceballos, y tampoco pudo asistir a la audiencia preliminar del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma pues la sesión fue suspendida por el tribunal.

Que Colombia hubiera ido a rescatar a Felipe González generó nuevamente fricciones entre los dos países. Tras criticar el hecho de que González se haya marchado del país en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana que «lo vino a buscar», el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció que pedirá explicaciones. Por eso solicitó a su canciller, Delcy Rodríguez, que llame a consultas al embajador de Colombia en su país después de que fuera «sorprendido» con la noticia de la partida de González en un avión oficial colombiano