El faraónico «Centro Cultural Kirchner» que el Estado español no aceptó financiar

El monumental edificio abrió sus puertas la semana pasada después de nueve años de trabajos arquitectónicos. Hasta 2003, el recinto ubicado en el corazón de Buenos Aires había sido la sede del correo central argentino. La quiebra de la empresa privada que lo gestionaba –propiedad de la familia de Mauricio Macri , actual candidato opositor a presidente– dejó al histórico Palacio del Correo en manos del Estado. Meses más tarde, el gobierno del expresidente Néstor Kirchner decidió destinar el edificio a un megacentro cultural, cuya inauguración debía realizarse en el Bicentenario en 2010.

La finalización de las obras se demoró cinco años más de lo previsto, y éstas acabaron costando casi tres veces su presupuesto inicial. Tras la muerte de su marido en 2010, Cristina Kirchner decidió bautizar al Centro Cultural con el nombre del difunto exmandatario.

Lo que nadie recordaba es que, en 2005, Cristina Kirchner –por entonces senadora y primera dama– creyó posible que el Estado español financiara la obra, según ha publicado la semana pasada el periódico argentino «Perfil» . Existía un antecedente que alimentaba la ilusión del matrimonio Kirchner: en 1910, con motivo del primer centenario de la Revolución del 25 de mayo de 1810, la Infanta Isabel de Borbón había honrado a la Argentina con el monumento Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas, conocido popularmente como el Monumento de los Españoles.

Tres ex altos funcionarios argentinos, que estuvieron involucrados en la gestión del proyecto original, confirmaron a ABC que la particular idea surgió de la propia Cristina Kirchner. En una visita oficial a España en octubre de 2005, la entonces primera dama le presentó su iniciativa al expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero . Sin embargo, España nunca dijo «sí» a la propuesta.

«Cristina cometió el error amateur de hablar con la prensa antes de recibir una contestación oficial –recuerda un exministro argentino–. Los españoles le dijeron que lo iban a pensar, pero el tiempo se encargó de demostrar que la respuesta era 'no'».

El 16 de octubre de 2005, después de su encuentro con Zapatero, Cristina Kirchner brindó una conferencia de prensa en la que se mostró exultante por la supuesta respuesta positiva del entonces mandatario español. «Nos dijo que sí», aseguró la senadora aquella tarde en Salamanca, donde se desarrollaba la XV Cumbre Iberoamericana . Pocas horas antes, Kirchner había mostrado a Zapatero la propuesta para que España financiara la remodelación del Palacio del Correo y también de la gubernamental Casa Rosada.

Al término de la reunión, el Gobierno argentino calificó el encuentro con el expresidente socialista como «un éxito». Sin embargo, el Gobierno español dilató su respuesta hasta convertirla en un «no» de facto. «La verdad es que era demasiado dinero, no era algo fácilmente viable», admite un diplomático argentino que formó parte de las gestiones.

Así, el Estado español se ahorró varios millones de dólares para la construcción de un monumento que, nueve años después, es motivo de polémica en la Argentina.