Los colombianos marchan en honor a las siete millones de víctimas del conflicto armado

La fecha para convocar esta marcha fue simbólica. Hace 67 años, el 9 de abril de 1948, fue asesinado en Bogotá el líder Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial, liberal, todo un símbolo de resistencia y cambio. Su muerte marcó el inicio de una violencia que no se detiene en Colombia desde entonces. Miles de muertos, secuestrados, mutilados, huérfanos y viudas.

«Gracias soldados y policías por entregar resultados por la paz. Todo se debe a su coraje (...) El sacrificio de las víctimas es lo que me impulsa a perseverar en la búsqueda de la paz», fue el principio del discurso del presidente colombiano Juan Manuel Santos , al iniciar los actos solemnes del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas.

Para Santos, quien fue reelecto el año pasado y estará en el poder hasta el 2018, la paz lo es todo. Desde hace más de dos años negocia en La Habana (Cuba) una agenda de cinco puntos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua del continente. Los diálogos, que han estado a punto de romperse varias veces, siguen. Que la marcha haya sido masiva, es sin duda un espaldarazo a Santos quien goza de un 56% de popularidad justamente por sus esfuerzos de entablar un diálogo con los rebeldes.

Marchar por las víctimas fue una buena forma de recordarles a los colombianos lo complejo del tema. Mal contadas, Colombia tiene siete millones de víctima, casi todas desplazados. Aunque el gobierno ha establecido un ambicioso programa de reparaciones administrativas, colectivas e individuales, simbólicas y económicas; y se ha creado todo un sistema de reparación de tierras, la gran mayoría de quienes han sufrido las secuelas de la guerra sienten que aún no se han restaurado sus derechos completamente. Por lo menos 400.000 personas han recibido algún tipo de reparación, pero la principal crítica que hacen es que ésta no ha sido integral. Aún alta sin duda mucho camino por recorrer.