Francia analiza los agujeros de seguridad y los fallos en la prevención de los atentados

«Charlie Hebdo», en el punto de mira

«Charlie Hebdo» estaba en el punto de mira de los yihadistas. El semanario satírico sirvió de altavoz a las caricaturas que publicó el diario danés «Jyllands Posten», lo que ya supuso un gran revuelo en el mundo musulmán. Sin dejar de cargar las tintas, muy fieles a una línea editorial que también ha sido muy mordaz con el cristianismo, tras la publicación de un especial titulado «Charia Hebdo» la publicación fue atacada con bombas incendiarias y sus periodistas y dibujantes se tuvieron que refugiar en la sede de diario «Libération», el mismo que acoge estos días a los que han sobrevivido al atentado. El director de «Charlie Hebdo», Stéphane Charbonnier, conocido como Charb , figuraba junto a otros intelectuales transgresores como el escritor Salmand Rushdie en una lista de personas que los terroristas tenían el encargo de asesinar, según señaló Al Qaida en una de sus publicaciones. En la sede de la redacción no había más vigilancia que el policía que protegía a Charb. Ambos fueron asesinados. El semanario no había logrado levantar cabeza económicamente a pesar de haberse hecho mundialmente famoso en los últimos años por sus caricaturas sobre el islam. Su director llegó a pedir ayuda económica al Gobierno para sobrevivir.

Sin ninguna protección

En Francia vive la mayor comunidad de judíos de Europa, más de medio millón de personas. Es una comunidad amenazada por el yihadismo más radical. El terrorista Amedy Coulibay , que ya había asesinado el jueves a una agente de policía, se apoderó el viernes de un supermercado de comida kosher a las afueras de París, asesinó a cuatro clientes y mantuvo secuestrados a una decena de rehenes antes de ser abatido por la Policía. Los vecinos de la zona no comprenden que el establecimiento no dispusiera de protección en una jornada de tal tensión , en la que los hermanos Kouachi se habían atrincherado en una imprenta tras perpetrar la matanza en la redacción de Charlie Hebdo tras sembrar el terror durante más de cincuenta horas. Aunque ahí queda la denuncia, también hay que puntualizar que no parece tarea fácil dar protección a los cientos de establecimientos de productos judíos existentes en toda Francia.

La asignatura pendiente de la prevención

La vigilancia de delincuentes comunes que terminan convirtiéndose en terroristas yihadistas continúa siendo una de las asignaturas pendientes no solo de Francia, sino de toda Europa. Siguiendo el patrón de otros yihadistas, sin ir más lejos el marroquí Jamal Ahmidan «El Chino», uno de los autores de la matanza del 11-M en Madrid en 2004, los terroristas de París eran pequeños delincuentes que se radicalizaron en mezquitas o en reuniones semiclandestinas con predicadores radicales. Cherif, el menor de los Kouachi, ha sido descrito como un joven violento en el colegio. Fue el paso previo a los robos y el tráfico de drogas, según el diario «Le Monde». Después, los predicadores de la «yihad» se encargarían de reclutarle para su guerra.

Cherif Kouachi ya fue condenado

Un hecho escandaloso y que sin duda levantará polémica es que Cherif Kouachi fue condenado a tres años por participar en una célula para reclutar yihadistas y facilitar su traslado a Irak entre 2004 y 2006. De esa condena solo llegó a cumplir año y medio. Después pasó un segundo periodo en prisión, de donde salió por última vez en octubre de 2010. Entre rejas coincidió con Amedy Coulibaly , quien quedó en libertad el año pasado. Cherif Kouachi fue interceptado cuando intentaba viajar a Siria y figuraba en la lista de Estados Unidos de sospechosos terroristas y personas peligrosas. La opinión pública se pregunta cómo ha sido posible que un elemento tan peligroso no estuviera más vigilado.

Un hecho desapercibido

Said Kouachi recibió entrenamiento militar en Yemen, país en el que es especialmente fuerte Al Qaida de la Península Arábiga. Si las fuerzas de seguridad lo sabían, no parece que hayan hecho mucho para impedir que atacase. Los hermanos Kouachi reivindicaron sus atentados en nombre de Al Qaida; en cambio, Coulibaly lo hizo por el Estado Islámico . Ambas bandas terroristas, enfrentadas y rivales aunque ondeen la bandera de yihadismo más sanguinario, han hecho llamamientos a que sus seguidores en todo el mundo lleven a cabo ataques como los que han tenido lugar esta semana en París. Francia es uno de los países de Europa de los que han partido más jóvenes para unirse a las filas del Estado Islámico (EI). Una de las mayores preocupaciones de Occidente es el regreso de esos terroristas al país.

Más de cincuenta horas de terror

Las fuerzas del orden no lograron parar a los hermanos Kouachi tras la matanza en la redacción de «Charlie Hebdo» . Los terroristas actuaron con crueldad y determinación, pero la policía fue incapaz de movilizar sus fuerzas con la celeridad que hubiera sido necesaria. Después los yihadistas protagonizaron una larga fuga en la que durante más de cincuenta horas robando coches y atracando gasolineras para hacerse con combustible y comida sin que las fuerzas del orden lograsen pararlos. Su detención en parte se debió al hecho fortuito de que uno de los terroristas perdió el carnét de identidad.

La novia del yihadista está en Siria

Hayat Bumeddienne, de 26 años, la novia del terrorista Amedy Coulibaly, logró huir a Siria impunemente. Las autoridades francesas reconocieron que Bumeddienne salió de Francia el pasado 2 de enero y que el 8, al día siguiente del ataque al semanario «Charlie Hebdo», entró en Siria a través de la frontera turca.