Santos envía a una delegación a Cuba para evaluar el proceso de paz con las FARC

«El propósito de esta reunión es hacer una evaluación de fondo, completa, desde un principio de las conversaciones, con el ánimo de lograr mayor eficacia en los diálogos, con el ánimo de decidir hechos de paz, con el ánimo de buscar decisiones rápidas sobre la escalada de la tensión en el conflicto», dijo a medios locales el ex ministro Humberto de la Calle , jefe de la delegación del Gobierno, quien desde hace dos años lidera estas negociaciones en Cuba .

Aunque en la opinión pública fue bien recibida la liberación de Alzate, pues por primera vez en más de 50 años las FARC cumplieron con lo que prometieron en la mesa de negociaciones, este secuestro, en particular, ha levantado preguntas.

Rubén Darío Alzate , un curtido militar de 55 años, fue secuestrado vestido de civil, en territorio FARC, incumpliendo todos los protocolos de seguridad. Incluso causó aún más revuelo el hecho de que, tras su liberación este domingo por la mañana, apareciera en una foto abrazado a Pastor Alape , uno de los líderes de las FARC, quien fue trasladado especialmente desde Cuba para mediar en esta liberación.

«Espero que en el transcurso del día de hoy (lunes) las Fuerzas Militares y el propio general Rubén Darío Alzate salga a decir qué fue lo que sucedió y le dé una explicación al país», manifestó Santos, consciente de la importancia de esta cuestión.

Y es que, pese a que en Colombia hay más de 60 personas secuestradas y las partes dialogan desde hace dos años en medio del conflicto, la captura de Alzate mostró que hay temas de difícil negociación. Hace algunos días, el máximo comandante de las FARC, «Timochenko» , fue claro al afirmar que el hecho de haber congelado los diálogos «destruyó la confianza» y que «las cosas no podrán reanudarse así no más», pues «habrá que hacer diversas consideraciones».

Según los analistas, todo indica que el grupo subversivo buscará replantear y priorizar algunas de las reglas de juego establecidas en un comienzo. Entre ellas, el papel de los garantes internacionales (Cuba y Noruega) y que ninguna de las partes pueda tomar la decisión unilateral de levantarse de la mesa.