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Turquía, la reserva de reclutas de Estado Islámico

«The New York Times», «Newsweek» y la propia prensa turca relatan cómo los yihadistas están cooptando a cientos de voluntarios en este país

Turquía, la reserva de reclutas de Estado Islámico AFP

DANIEL IRIARTE

En la madrugada del miércoles, la policía de Estambul recibió un aviso de un ciudadano alertando de que una quincena de jóvenes se disponía a partir de un barrio del extrarradio, en el lado asiático de la ciudad, en un minibús con destino a Irak. Su propósito, según el informante, era unirse al Estado Islámico en su lucha en los países vecinos. Las unidades antiterroristas de la policía se desplazaron rápidamente al lugar indicado, pero para cuando llegaron, el vehículo ya había partido.

Desde entonces, los agentes tratan de localizar el minibús a partir de las descripciones realizadas por los vecinos, por ahora sin demasiado éxito. Una historia que ilustra las dificultades de las autoridades turcas a la hora de impedir que sus compatriotas se unan a estos yihadistas, cuyo atractivo, para algunos sectores de la población de Turquía, no deja de crecer. Las estimaciones sobre el número de turcos que combaten en las filas del Estado Islámico varían entre 1.000 y 3.000, lo que convierte a Turquía en una de las principales fuentes de reclutamiento extranjero para esta organización, al mismo nivel que Marruecos.

Turco es, por ejemplo, Oguzhan Gözlemcioglu, uno de los principales comandantes de esta organización en Raqqa (Siria), donde se le conoce como Muhammad Salef. «Los vecinos dicen que viaja frecuentemente dentro y fuera de Ankara, asegurándose cada vez de llevarse nuevos reclutas con él», asegura el diario «The New York Times» en un reciente reportaje en el que describe cómo el barrio de Gözlemcioglu, Hacibayram, en la capital turca, se ha convertido en una «cantera» de militantes para la organización.

«Todo empezó cuando un extraño con una barba larga y frondosa comenzó a aparecer por el barrio. Lo siguiente que supimos es que todos los drogadictos habían empezado a ir a la mezquita», asegura Arif Akbas, el «mujtar» (gobernador local) del barrio desde hace tres décadas, al diario estadounidense. Otro vecino, Mehmet Arabaci, dice que muchos jóvenes son fácilmente atraídos por los militantes debido a la falta de oportunidades. «Ahora hay siete mezquitas en el barrio, pero ninguna escuela. Las vidas de los chicos aquí están tan vacías que encuentran cualquier excusa para ser arrastrados a actuar», afirma.

«Se llevaron a mis hijos a Raqqa»

El ejemplo perfecto es el caso de Taylan Ö. Y., el adolescente de 14 años que hace meses cobró cierta notoriedad al convertirse por un breve periodo de tiempo en el recluta turco más joven del Estado Islámico , tal y como ya contó ABC.es. No por casualidad, la familia de Taylan es también de Hacibayram, donde los yihadistas mantienen infraestructuras capaces de cooptar a muchachos como él.

También la revista «Newsweek» ha tratado este tema en los últimos días. El semanario relata historias como la de Kenan Beytaztas, un maestro de Dilovasi (un barrio popular del extrarradio de Estambul) cuyo hermano Ahmet partió el mes pasado en dos minibuses, junto con otras 18 personas, para unirse al EI en Siria. La oposición turca cree que otros 90 jóvenes de un distrito vecino hicieron lo mismo pocas semanas antes. «Hay muchos, muchos más que se están uniendo y la policía no hace nada», afirma Beytaztas.

Aún más espectacular es el caso de Svetlana Aktan, una mujer cristiana de 25 años de origen kirguís que se convirtió al islam por iniciativa propia, poco después de casarse con un turco. Su ex marido, el empresario Sahin Aktan, describe cómo la joven se fue radicalizando a través de internet, hasta llegar a la situación actual: la mujer se marchó recientemente a Raqqa, llevándose al hijo de ambos con ella.

Y en la misma situación se encuentra Deniz Sahin, que no ha visto a sus hijos de 4 y 10 años desde que su ex esposo, un antiguo alcohólico que cambió su adicción a la bebida por los rigores del islamismo, le pidió permiso para llevarles a dar una vuelta en el coche. «Le dije que no fuesen más de dos horas», explica Deniz a la revista estadounidense. Lo siguiente que recibió fue dos fotografías de su ex marido enviadas desde Raqqa: en una de ellas, la pequeña Esma, cubierta con un ostentoso velo negro de pies a cabeza, posa junto a un camello. En la otra se ve a Halil enarbolando una pistola y haciendo el saludo del Estado Islámico .

Negación oficial

«Si se vuela por los aires, el niño se quedará en Siria. ¿Cómo le voy a encontrar entonces? No tendré ninguna oportunidad, así que ¿quién le cuidará?», se lamenta Sahin, que lleva meses siguiendo el rastro del adoctrinamiento de su mujer en internet, hasta el punto de hacerse pasar por otra conversa de ideas similares. El empresario, que llegó a descubrir uno de los pisos francos del Estado Islámico en Estambul donde se alojó temporalmente su ex esposa, asegura haber compartido toda esta información con la policía, sin resultado.

Las voces que acusan a las autoridades de inacción se repiten una y otra vez en Turquía. El nuevo Ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, insistía a principios de esta semana en París en las dificultades de controlar la extensísima frontera turco-siria, y en que su gobierno ha deportado recientemente a alrededor de un millar de yihadistas extranjeros. Sin embargo, no parece que se esté actuando con la misma eficacia contra los militantes de origen turco.

La reacción del presidente Recep Tayyip Erdogan a estos artículos ha sido la de negarlo todo. «A ese periódico [el «New York Times»] se le da muy bien inventar artículos falsos. Ya le dije a Kerry [el Secretario de Estado de EE.UU.] que los medios estadounidenses escriben historias falsas, que no intentan mostrar la verdadera car ade Turquía sino dañar las relaciones con EE.UU y con otros países», aseguró esta semana. «No son ciertos. Estos enfoques son malintencionados», insistió el mandatario turco.

Pero la presión para que Turquía se implique plenamente en la lucha contra el Estado Islámico no deja de aumentar. Según el diario turco «Taraf», durante la reciente cumbre de la OTAN en Gales expertos antiterroristas estadounidenses suministraron a funcionarios turcos información sobre la existencia de células durmientes del EI en las provincias de Ankara, Estambul y Konay, y posiblemente en Van, Diyarbakir, Hatay, Gaziantep y Sanliurfa. Algunos de sus simpatizantes, mientras tanto, ya han comenzado a actuar , atacando mezquitas chiíes en varios lugares de Turquía a lo largo del verano.

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