Las cacerolas revolucionarias llegan a los museos
El museo Victoria y Albert reúne un centenar de piezas revolucionarias utilizadas en protestas políticas y sociales
Las cacerolas revolucionarias llegan a los museos
Un juego de tazas de té agrietado, dos cacerolas desvencijadas y unos cubos de plástico parecen haberse colado en algunos de los expositores del museo londinense. A primera vista, se asemeja más a un mercadillo vintage que a una de las majestuosas muestras que acostumbra ... a albergar la galería de Kensington.
Detrás de estas piezas, hay una historia de esfuerzo y obstinación para cambiar el mundo. El V&A las ha reunido para dar forma a su nueva exposición; objetos desobedientes, que se inaugura el próximo viernes. Una muestra atípica de objetos traídos desde distintas partes del mundo, cuyos artífices poco o nada tienen que ver con el concepto clásico de diseñador o artista.
Las tazas de loza blanca, con el emblema de la Unión Social y Política de Mujeres impreso, pertenecen a las sufragistas europeas de 1910. Las ollas porteñas están abolladas por los golpes con los que las amas de casa argentinas protestaron contra el gobierno argentino en 2001 . Los cubos de plástico fueron utilizados en las protestas contra la austeridad de la Troika en Barcelona.
«Queríamos mostrar el poder colectivo que estos objetos domésticos pueden tener cuando son reutilizados con una intención política», comentó Gavin Grindon, co-comisario de la muestra.
Los símbolos de las revoluciones
Un sombrero de fieltro naranja ocupa otra de las vitrinas. 10.000 de ellos fueron usados en una protesta de 1988 contra el régimen comunista en Polonia por los miembros de la Alternativa Naranja. Declarado por sus organizadores anárquicos como la «Revolución de los Enanos», la manifestación obligó a la policía a correr tras miles de personas con el gorro de gnomo naranja.
En la segunda parte, las marionetas del Bread and Puppet Theatre representan a los autómatas que dieron voz a las manifestaciones contra la Guerra del Golfo de principios de los noventa.
También están presentes las Bike Bloc, sistemas de sonidos construidos a partir de bicicletas soldadas empleadas en las manifestaciones de la Reclaim Power en Copenhage en 2009 o los Book Bloc, escudos que defendían a los activistas de las cargas policiales en Génova del G8 en 2001.
Los otros protagonistas de las protestas
A través de estos artículos se pretende subrayar cómo las historias de movimientos sociales se han enfocado en eventos de gran escala, estrategias o biografías, descuidando la cultura material. A veces los cambios vienen de la mano de un cubo o una pancarta.
En el bloque de la desobediencia civil, aparecen las máscaras antigás usadas en las protestas de 2013 en Estambul , remplazando a los clásicos limones que frenan el lagrimar de los gases antidisturbios.
La muestra alberga en total 99 objetos que probablemente se conviertan en fuente de inspiración para todos aquellos que aspiran a convertirse en activistas. Al final de la exposición aparece un espacio vacío, reservado para el que será el «objeto desobediente número 100». Aún está por llegar.
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