Irán tiene en el «corredor de la muerte» a 160 condenados antes de los 18 años

La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, urgió a las autoridades iraníes a detener la inminente ejecución de una joven acusada de asesinar, cuando tenía 17 años, a su esposo, con el que fue casada a los 14 años, del que tuvo un hijo a los 15 y que la maltrataba. "La ejecución inminente de Razieh Ebrahimi pone nuevamente al descubierto el uso inaceptable de la pena de muerte contra delincuentes juveniles en Irán", declaró.

Sostuvo que, independientemente de las circunstancias del crimen, la aplicación de la pena capital a personas a las que se imputan delitos cometidos antes de los 18 años está prohibida por las normas internacionales de derechos humanos. Irán viola, además, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como la Convención sobre los Derechos del Niño, que ha refrendado y está obligado a cumplir, indicó.

Como antecedentes de esta situación, Pillay mencionó también el caso de Jannat Mir, un chico afgano de 17 años que fue colgado en abril, en una prisión de la región central de Irán, por delitos de drogas.

Este año, la ONU estima -de forma conservadora- que más de 250 personas han sido ejecutadas en Irán, mientras que diversas fuentes relacionadas con la protección de los derechos humanos citan cifras mucho más elevadas. La mayoría de sentencias tuvieron relación con delitos por drogas.

El año pasado, en el país islámico aplicó la pena capital a medio millar de personas, 57 de forma pública.

La alta comisionada también condenó la ejecución de al menos seis prisioneros políticos y señaló que otros cuatro están en riesgo inminente de seguir el mismo camino