La renuncia de Lagarde allana el camino de Juncker
El candidato a la presidencia de la Comisión negocia con socialistas y liberales
Enrique serbeto
Una mujer acaba de proporcionar el gesto que Jean-Claude Juncker necesitaba para mantener a flote su candidatura, y no ha sido esta vez la canciller Angela Merkel. Al anunciar que no opta al puesto de presidenta de la Comisión Europea, la francesa Christine Lagarde ... , directora del FMI , ha enviado un apoyo estratégico sustancial al ex primer ministro luxemburgués, que ve cómo se retira una posible adversaria que habría contado con el beneplácito de muchos gobiernos.
Por si su declaración firme de que no está en la carrera para suceder a Barroso no hubiera sido lo bastante clara («No soy candidata. Tengo un trabajo muy importante y mantengo la intención de completar el periodo de mandato»), el hecho de que haya hecho esta aclaración en Londres precisamente, de donde partían las insinuaciones de que su nombre sería más que aceptable para el Gobierno británico, parece zanjar la cuestión. Según aseguran varias voces –muy en boga en Paris–, Lagarde carga con la amenaza de un molesto expediente judicial, cuya posible evolución hubiera hecho muy delicado situarla al frente del Ejecutivo comunitario.
Sea o no verdad que le persigue el viejo caso de los negocios con Bernard Tapie , sin Lagarde en liza parece casi imposible que el campo conservador del Consejo Europeo pueda proponer a otro candidato que no sea Juncker. Uno de sus activistas «oficiales» bromeaba ayer mismo en su twitter sobre «las cosas que seguramente van a pasar este mes de junio o julio (por orden de probabilidad) 1, Luxemburgo ganará el mundial de fútbol, 2, nevará en el Sahara y 3, Juncker se retirará» de la carrera por la presidencia de la Comisión.
En busca de apoyos
El luxemburgués ha empezado ya a negociar con otros partidos, inicialmente con los socialistas, puesto que si logra el apoyo del Consejo deberá asegurarse el respaldo de al menos los dos principales grupos políticos. Fuentes parlamentarias aseguran que el grupo popular estaría buscando incluso el voto de los liberales, para ampliar la base de la mayoría de apoyo a Juncker. Entre otras cosas, porque en votaciones de este tipo, la disciplina en el Parlamento Europeo no se puede dar por sentada.
Ahora, ya no le queda más que encontrar una salida para el primer ministro británico, David Cameron, que ha hecho de su veto al luxemburgués una cuestión de vida o muerte. Según la prensa británica, en una reunión con el grupo popular Juncker habría prometido que «no se arrodillará ante Londres».
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