Internacional
El Ejército de Estados Unidos vuelve a los niveles de 1940
La crisis obliga a Washington a reducir sus fuerzas al tamaño que tenían antes de la Segunda Guerra Mundial

Estados Unidos va a reducir su Ejército al tamaño que tenía antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El país tiene hoy dos veces y media la población de 1940, pero el Pentágono cree que la defensa de sus habitantes e intereses pasa ahora más, debido al cambio de tipo de enemigo, por capacidades cibernéticas y fuerzas especiales que por números de tropa clásicos. Con todo, seguirá siendo el Ejército «más capaz» del mundo, según Washington.
Esta nueva orientación, aunque obedece también a razones estratégicas, viene en primer lugar motivada por la crisis económica y la necesidad de recortes presupuestarios. El Pentágono hace de la necesidad virtud y, ante un tijeretazo de 260.000 millones de dólares en cinco años, se propone rebajar el Ejército a 440.000 o 450.000 hombres en activo para 2019. Se trata de una reducción de personal del 13%. En el caso de los reservistas habrá una reducción del 5%.
«Este es un presupuesto que reconoce la magnitud de nuestros retos fiscales», declaró el secretario de Defensa estadounidense Chuck Hagel, en la presentación del nuevo presupuesto, que este año asciende a 496.000 millones de dólares.
Ya hace dos años, en el marco de las discusiones sobre el déficit fiscal y de la implementación de la retirada de Irak y Afganistán, la Administración Obama diseñó una fuerte redimensión a la baja de las Fuerzas Armadas. Entonces el Ejército tenía un pico de 566.000 efectivos y el propósito era una reducción a 490.000 para 2017. Ahora el Departamento de Defensa habla de un mínimo de 440.000 para 2019. Hagel, que lleva un año en el puesto, no ha tocado de momento las previsiones en el resto de cuerpos. Hace dos años hubo el compromiso de bajar de 202.000 a 182.000 los efectivos de Infantería de Marina, mientras que la Armada y la Fuerza Aérea se mantenían ligeramente sobre los 300.000 cada una.
Frente a esta reducción, va a haber una expansión del 6% en la plantilla de las fuerzas especiales, que sumarán otras 3.000 personas. Su potenciación corresponde a una nueva estrategia de menos botas militares estadounidenses en el mundo y una mejor dotación de fuerzas rápidas en operaciones especiales.
Con la vista puesta en Asia
La filosofía de fondo responde al retraimiento que Obama, más interesado en la política nacional, está imprimiendo a la política exterior de EE.UU. Obama, en cualquier caso, mantiene su compromiso con su proclamado «pivote hacia Asia», mediante la preservación de las partidas para la Armada, a la que corresponde el protagonismo estadounidense en Asia-Pacífico.
La redimensión de las Fuerzas Armadas supone un mayor riesgo para estas en sus despliegues. «Tienes menos tropas, menos barcos, menos aviones. Estar preparados no va a significar lo mismo. Por supuesto que va a haber riesgos», afirmó Hagel. También el jefe del Estado Mayor conjunto, el general Martin Dempsey, admitió que en la nueva situación «los riegos crecen y las opciones se reducen».
Las restricciones del presupuesto del Pentágono para el nuevo año fiscal incluyen la congelación del salario de quienes tienen rango de general. La medida se aplicará solo un ejercicio. Para el resto de miembros de las Fuerzas Armadas habrá un crecimiento salarial limitado al 1%, que se repetirá en el siguiente presupuesto. También se contempla una reducción de las rebajas fiscales por vivienda de las que goza el personal militar.
El recorte presupuestario del Pentágono incluye la eliminación de toda una flota de aviones, los Air Force A-10, unos cazas diseñados para destruir tanques soviéticos en caso de que la URSS invadiera Europa Occidental. Se mantiene no obstante el compromiso de compra de los nuevos F-35, un programa que se ha disparado sucesivas veces de precio y lleva acumulados retrasos. Además, se prevé retirar el famoso avión espía U2 sustituyéndolo con el Global Hawk, que se pilota a distancia.
En cuanto a la Armada, se ha desestimado la posibilidad de jubilar uno de los once portaaviones de que dispone y se comprarán dos destructores y dos submarinos cada año en los próximos ejercicios. Pero también habrá bajas temporales: once destructores reducirán su actividad para proceder a su modernización.
Los veteranos, en contra
Los recortes del Pentágono han sido cuestionados por miembros del Congreso, por algunos gobernadores y grupos de veteranos. «Es difícil que alguien diga con cara impasible que este presupuesto defenderá a nuestro país», afirmó el republicano Randy Forbes, miembro del Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes. Forbes es diputado por un distrito de Virginia, estado en el que existe una fuerte presencia de bases militares, vitales para la economía local.
Las rebajas en ciertos beneficios económicos para militares y veteranos fue criticada por diversas voces, entre ellas la de la Asociación de Veteranos de Irak y Afganistán. «Aquí está de nuevo. Washington está intentando equilibrar el presupuesto sobre las espaldas de aquellos que más han sufrido», indicó su portavoz, Paul Rieckhoff.
También diversos gobernadores cuestionaron las menores partidas para la Guardia Nacional, cuerpo de reservistas que dependen de las necesidades de los estados.
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