Yanukóvich destituye al jefe de Estado Mayor de Ucrania

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), según su portavoz, Alexánder Yakimenko, ha iniciado una «operación antiterrorista» a través de todo el país para detener la toma de edificios oficiales y depósitos de armas. «Estamos ante una creciente escalada de la violencia con el uso generalizado de armas por parte de grupos de orientación extremistas», dijo Yakimenko en referencia a los desórdenes ocurridos en Lvov y en otras localidades del oeste de Ucrania.

«Han traspasado todos los límites»Yanukóvich se mostró este miércoles convencido de que le han organizado un golpe de estado. «Han traspasado todos los límites llamando a la gente a tomar las armas (…) deben por ello comparecer ante la Justicia», declaró después de mantener una reunión con los principales líderes opositores.

El máximo dirigente ucraniano, instó a los manifestantes a abandonar el Maidán y las barricadas sin pérdida de tiempo. «Si no se van, significa que dan respaldo a los extremistas y, en tal caso, habrá que hablar con ellos de otra forma», advirtió Yanukóvich en un comunicado difundido por la ministra en funciones de Justicia, Elena Lukash.

El líder de la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR), el boxeador Vitali Klichkó , negó después que nadie haya hecho en el Maidán llamamiento alguno a tomar las armas. «El presidente ha reaccionado de forma inadecuada (…) con sus acusaciones», afirmó Klichkó.

Por su parte, el dirigente de Batkívshina (Patria), Arseni Yatseniuk, aseguró que Yanukóvich les propuso durante una reunión que se rindieran y se fueran a casa, a lo que respondieron afirmando que «seguiremos con la gente en el Maidán».

Yanukóvich y su homólogo ruso, Vladímir Putin, mantuvieron el martes una conversación telefónica y, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, convinieron en que «lo que sucede en Ucrania se asemeja a un golpe de Estado». Eso sí, según Peskov, Putin «no da consejos» a Yanukóvich.