Un grupo yihadista reivindica el ataque
Tres muertos al estallar una bomba en un autobús turístico en Egipto
Los fallecidos son dos surcoreanos y el conductor, de nacionalidad egipcia. El suceso ha tenido lugar cerca del paso de Taba, en la frontera con Israel. Egipto ha cerrado su paso fronterizo
Tres muertos al estallar una bomba en un autobús turístico en Egipto
Dos turistas surcoreanos y el conductor egipcio han muerto hoy al estallar una bomba en el autobús en el que viajaban en el Sinaí, muy cerca ya de la frontera con Israel. Se trata del primer atentado que tiene como objetivo a civiles desde que ... se recrudecieran los ataques terroristas tras el golpe de Estado que derrocó a Mohamed Mursi el pasado verano.
El vehículo, que transportaba a unos 30 turistas, al parecer todos surcoreanos, ha quedado completamente calcinado tras la explosión, con la parte delantera y el techo reventados. Una veintena de viajeros han sido heridos de gravedad y han tenido que ser hospitalizados. Algunos se encuentran en estado crítico, por lo que la lista de fallecidos podría aumentar.
El origen de la detonación no es seguro aún, pero se baraja la posibilidad de que la bomba hubiera sido colocada dentro del vehículo, posiblemente debajo del asiento del conductor o en algún lugar de la parte delantera del autobús. Otras fuentes de seguridad aseguraron al diario «Al Ahram» que el vehículo podía haber sido alcanzado por un cohete.
Un grupo yihadista reivindica el ataque
Los turistas procedían de El Cairo y habían visitado el monasterio de Santa Catalina, situado en el monte Sinaí. Por el camino habían realizado varias paradas, según un comunicado del ministerio del Interior, descansos que podrían haber sido utilizados por los presuntos terroristas para colar la bomba en el autobús. En el momento de la explosión, el vehículo se encontraba en una zona de espera de la pequeña localidad de Taba a pocos metros de la frontera entre Egipto e Israel, hacia donde se dirigían los turistas.
La península del Sinaí está plagada de controles policiales y militares aunque las fuerzas de seguridad no suelen inspeccionar los vehículos que transportan turistas y simplemente controlan sus pasaportes.
El grupo yihadista Ansar Beit al Maqdis (Seguidores de la Casa de Jerusalén) reivindicó hoy el «ataque» contra un autobús de turistas.
«Como prometimos, gracias a Dios y a nuestros 'muyahidines', hicimos explotar el autobús en Taba y vamos a seguir orientando nuestros ataques a su economía, su turismo y el gas», escribió el grupo en su cuenta oficial de la red social Twitter, sin especificar la forma en la que fue llevado a cabo el ataque. Este grupo extremista, que adopta la ideología de Al Qaeda, es conocido por atacar a las fuerzas de seguridad egipcias, con mayor frecuencia en los últimos meses.
Condena de la Hermandad
A pesar de que casi todos los ataques perpetrados contra fuerzas de seguridad han sido reivindicados por Ansar Beit al Maqdis, las nuevas autoridades egipcias han dirigido el dedo acusador contra Mursi y los Hermanos Musulmanes, que han sido declarados grupo terrorista. La cofradía ha condenado el atentado y ha culpado a los militares de «negligencia» al fracasar en su obligación de proteger a los egipcios y los turistas.
Hoy, precisamente, el expresidente y otros 35 dirigentes islamistas se enfrentaban a la primera sesión de uno de los cuatro procesos que Mursi tiene pendientes, el conocido como «juicio del espionaje» en el que se le acusa de colaborar con organizaciones extranjeras, principalmente la palestina Hamás, para perpetrar acciones terroristas en Egipto y revelar información clasificada a terceros países. El juicio ha sido aplazado al retirarse la defensa del islamista en protesta por la jaula de cristal en la que obligan a los acusados a comparecer, que aseguran que les mantiene separados de lo que ocurre en su propio juicio.
El atentado de hoy parece dar la estacada final a la moribunda industria turística egipcia, que se ha visto resentida por la creciente inestabilidad de los últimos tres años.
Ciudades como Luxor o Asuán, que albergan los grandes tesoros faraónicos, tienen tasas de ocupación hotelera cercanas al 0 por ciento. Los pocos viajeros que llegan a Egipto se han decantado hasta ahora por los enclaves turísticos del mar Rojo, y las autoridades se han esforzado por presentar el sur de la península del Sinaí como fuera de peligro.
El ministro de Turismo Hisham Zaazu, se ha mostrado «muy decepcionado» por lo ocurrido y se ha desplazado al Sinaí para seguir de cerca la investigación. «Espero que sea un incidente aislado que no vuelva a ocurrir, ese es mi deseo. Les aseguro que todo el resto del país está seguro y que lo que ha sucedido podría haber pasado en cualquier lugar del mundo», ha dicho el ministro a Reuters.
De hecho, Egipto ha cerrado su paso fronterizo de Taba, junto a Israel. En un comunicado, un portavoz de la Presidencia calificó el atentado terrorista como «un despreciable acto de cobardía dirigido contra turistas inocentes». Tras expresar su solidaridad con las víctimas, aseguró que no descansarán «hasta llevar a la justicia a quienes han planeado, financiado y llevado a cabo esa atrocidad».
Por su parte, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Nabil Fahmi, llamó por teléfono a su homólogo de Corea del Sur, Yun Byung-se, a quien presentó sus condolencias por los fallecidos en el suceso.
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